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2009-00166, y dado que en los documentos aportados por la Dra.
ANGELA MARIA BUITRAGO figura una signatura como procedente
de VILLAMIZAR ESPINEL (fols. 112 y 114 anexo 17 causa), es
entendible que dichos documentos fueran puestos a disposición del
perito, acorde con lo solicitado por el Juzgado a la Fiscalía.
En esas condiciones, los documentos relacionados en el dictamen
como materia de estudio, específicamente los de los contenedores
767 R, 0044 R, 9760 P, 9761 P y 3252 R, hacen parte de una
investigación adelantada por la Fiscalía Primera Delegada ante la
Corte Suprema de Justicia, en donde son conservados con su
respectiva cadena de custodia conforme a los preceptos del artículo
254 de la Ley 906 de 2004, y están íntimamente relacionados con el
objeto del dictamen pericial ordenado dentro de esta causa, como
quiera dos de ellos corresponden a documentos expresamente
señalados por el Juzgado como muestras patrón para el cotejo
grafológico (contenedores 767 R y 0044 R) y los de los
contenedores 9760 P y 3252 R contienen material útil, procedente y
pertinente para el estudio, catalogable, por lo menos, como
evidencia recolectada por el perito, derivada de su actuación.
Ahora, el artículo 251 del C. de P.P. establece que en el desempeño
de sus funciones el perito debe examinar los elementos materia de
prueba dentro del contexto de cada caso, y en su inciso segundo
dispone que “El perito deberá recolectar, asegurar, registrar y documentar la
evidencia que resulte, derivada de su actuación y dar informe de ello al
funcionario judicial”, siendo un hecho que en el caso que nos ocupa los
originales de los documentos sometidos a estudio fueron
debidamente identificados, rotulados, recolectados, asegurados,
registrados, documentados y establecida claramente su
procedencia, tal y como lo señala el dictamen grafológico, de tal