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se discute y quedó claro en este estrado judicial es que no
corresponden a EDGAR VILLAMIZAR ESPINEL, pues no puede
obviarse que su presencia en este Juzgado y que su declaración
bajo juramento zanjó cualquier duda, dando claridad en cuanto a
que nunca asistió ante el Despacho de la Doctora BUITRAGO.
Igualmente el Instituto Nacional de Medicina Legal aclaró que no es
posible hacer un análisis grafológico al no contar con insumos
adecuados, coetáneos, y por tanto la objeción presentada por la
Procuraduría General de la Nación está llamada a prosperar, no
solo porque desde el punto de vista técnico no era posible llegar a la
conclusión a la que llegó el CTI, sino porque además solo hizo
cotejo de las muestras aportadas por la doctora ÁNGELA MARÍA
BUITRAGO, pues en el dictamen no consta que se haya hecho el
cotejo también con la firma tomada en la Procuraduría y menos que
se haya acreditado que sean uniprocedentes con la firma
cuestionada de EDGAR VILLAMIZAR.
Para la vocera, el investigador PABLO VÁSQUEZ, del Cuerpo
Técnico de Investigación, también tiene interés en que a todas luces
se diga que dicha firma corresponde a VILLAMIZAR, al punto de
aportar unos documentos que debieron ser parte de un proceso
pero que tenía escondidos en su poder, pruebas sobre las cuales se
desconoce su procedencia, de las que no se puede predicar
autenticidad o legalidad, dejando la inquietud ya que él también fue
denunciado al igual que la doctora BUITRAGO.
Insiste en que no hay desaparecidos sino cuerpos sin identificar.
Aun cuando la Fiscalía y la parte civil aseguran que los cotejos de
genética habían salido negativos, la realidad es que hay al menos
cinco cadáveres que no pudieron ser cotejados, puesto que estaban
carbonizados, y a otros se les hizo mal el cotejo de genética, pues