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construcción de la firma de duda obrante en parte inferior, lado izquierdo de la
cuarta hoja de „DECLARACION QUE RINDE EL SEÑOR EDGAR
VILLARREAL, RESIDENTE EN LA CIUDAD DE BOGOTA, CON CEDULA DE
CIUDADANIA NUMERO 13452268 DE CÚCUTA‟, folio 251 y la condición del
material indubitado remitido para estudio, la confrontación de una (dubitada) y
otras (patrón), no permiten emitir un pronunciamiento técnicamente
fundamentado (…)”, la apreciación de este dictamen en conjunto con el
rendido por el CTI permite encontrar similitudes porque en los dos
se advierte que el testigo ÉDGAR VILLAMIZAR ESPINEL presenta
distintas maneras de ejecutar las firmas, lo cual se encuentra
acreditado en el proceso con distintos documentos suscritos por él y
en ambos dictámenes se identifican las variantes que se advierten
en las distintas firmas.
Advierte que aunque la conclusión del dictamen de Medicina Legal
no coincidió con el rendido por el grafólogo del CTI, ello encuentra
explicación en que el primero no tuvo en cuenta para su estudio la
totalidad de documentos indubitados de carácter extraprocesal que
el funcionario del CTI analizó para realizar la experticia y que
identificó como parecidas a la firma de duda, como ocurre con el
que contiene de manera clara una firma original de EDGAR
VILLAMIZAR, correspondiente a un ejemplar de su declaración
rendida en agosto de 2007 ante la Fiscal Cuarta Delegada ante la
Corte Suprema de Justicia, aportado a la indagación seguida contra
la doctora ÁNGELA MARÍA BUITRAGO RUIZ, el cual contiene una
de las muestras más sobresalientes y representativas de todo el
conjunto documental.
El estudio pericial realizado por el grafólogo del CTI demostró,
contrariamente a lo señalado por la perito de Medicina Legal, que sí
era posible emitir un pronunciamiento técnicamente fundamentado
acerca de la uniprocedencia manuscritural entre la firma dubitada y