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TOMO 2 Cuentos CPD p1-362.internet.indd - Banco de Reservas

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EMILIo RoDRíGuEZ DEMoRIZI | CuEntoS DE PoLítICa CRIoLLa<br />

Le coté<br />

En el arte, en la ciencia <strong>de</strong>l saber vivir (modus vivendi <strong>de</strong> los pegajosos) es archiperita,<br />

entendida, docta, sapientísima esta gente que no trilla otro camino ni estima por otro buen<br />

lugar sino la vía por don<strong>de</strong> caminan los que brillan por su dinero o por su mando y el lugar<br />

frecuentado por los mismos encumbrados <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r o la riqueza y <strong>de</strong> aquí que no se apartan<br />

<strong>de</strong> su lado a manera <strong>de</strong> ostras <strong>de</strong> dos pies.<br />

¡Le coté y siempre le coté!<br />

El Gobernador, traigo por caso, está en el teatro: pues hay que estar al lado <strong>de</strong>l Gobernador,<br />

y vuelan como serpentinas hasta colocarse a su diestra en el palco <strong>de</strong> la Gobernación, y ya<br />

alcanzando le coté aprueban con la palabra y la más cortés y hasta reverente inclinación <strong>de</strong><br />

cabeza cuanto dice la autoridad; a veces anticipan un “sí”, “precisamente”, “claro”, “justo”,<br />

“tiene razón el Gobernador”, a pensamientos no externados, pero bullentes en el cerebro<br />

<strong>de</strong> la primera autoridad cuyo lado se ganó a fuego y sangre, cosechando tal vez tropiezos y<br />

empellones y no reparando si se ha volcado la ban<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> refrescos llevada por un sirviente al<br />

palco vecino o si se le han hume<strong>de</strong>cido con cerveza los faldines <strong>de</strong>l frac. Realizado el propósito,<br />

lo <strong>de</strong>más les importa un comino a estos ladinos, <strong>de</strong>rivado con el cual se me ocurre <strong>de</strong>signar a<br />

los que buscan el lado <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s, o <strong>de</strong> otro modo, dicho a lo parisiense, le coté.<br />

En paseos, entierros y procesiones se abren paso por entre la multitud para estar al<br />

lado <strong>de</strong>l Gobernador, <strong>de</strong>l ricacho o <strong>de</strong> cualquiera persona <strong>de</strong> significación. Porque le coté es<br />

relativo y hasta el empresario <strong>de</strong> carretas que coloca sus realitos a interés leonino, tiene sus<br />

lados comprometidos, que si se sobran colaterales para los encumbradísimos, no han <strong>de</strong><br />

faltar adláteres para las medianías.<br />

Que se cosechan en ocasiones un buen par <strong>de</strong> coces <strong>de</strong> estos burros con bombo cuyo<br />

coté se persigue, no hay para qué dudarlo ni es cosa que les preocupa: jamás se ha tomado<br />

buena salsa sin tener que apartar las espinas y casi todos los caminos que conducen a la<br />

dicha son escabrosos. no se va a la gloria así como así, ni se obtiene le coté a título gratuito:<br />

es contrato oneroso que pactan los ladinos, dando en pago <strong>de</strong> una <strong>de</strong>recha o <strong>de</strong> una izquierda<br />

sus convicciones y hasta su vergüenza, si la tienen, los que quieren y persiguen le coté.<br />

Cuando se a<strong>de</strong>lantan unos a otros los ladinos, han <strong>de</strong> conformarse los que se quedan<br />

<strong>de</strong>trás con ir rozando su abdomen con las posa<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> la autoridad o <strong>de</strong>l ricacho que va en<br />

paseo o gira, personalidad que, en fuerza a interrogaciones y zalamerías tiene que distribuir<br />

su atención entre sus colaterales y el que le va <strong>de</strong>trás.<br />

no en vano un antiguo repartidor <strong>de</strong> pan <strong>de</strong> la ciudad Capital, gritaba a más y mejor<br />

en las frías mañanas <strong>de</strong> su laboriosa ocupación:<br />

“¿Quién me dará un ladito?” Ciertamente que el citado no solicitaba le coté masculino.<br />

Él sabía lo que se pensaba y lo que <strong>de</strong>cía.<br />

Le coté es un triunfo para los zalameros y aduladores a tal grado, que luego se busca el<br />

lado en segundo, tercero y cuarto rango, cuando el primero está comprometido u ocupado,<br />

y tenemos le coté <strong>de</strong>l amigo <strong>de</strong>l Secretario, que va al lado <strong>de</strong> éste y éste a su vez a la <strong>de</strong>recha<br />

<strong>de</strong> don Perejil, quien tiene el jus abutendi <strong>de</strong> la primera autoridad o <strong>de</strong> la digna y rica persona<br />

que funje <strong>de</strong> principal <strong>de</strong> estos truchimanescos accesorios.<br />

no hace mucho <strong>de</strong>cíale un sujeto a su consorte:<br />

—Carmencita mía, estamos <strong>de</strong> plácemes, creo que nos hemos salvado. En el entierro <strong>de</strong><br />

don Senáforo hube <strong>de</strong> adquirir a cambio <strong>de</strong> codazos y hasta <strong>de</strong> la lujación <strong>de</strong> un pie, el lado<br />

<strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l Prefecto Municipal, y ya es algo, Carmencita mía.<br />

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