03.04.2013 Views

TOMO 2 Cuentos CPD p1-362.internet.indd - Banco de Reservas

TOMO 2 Cuentos CPD p1-362.internet.indd - Banco de Reservas

TOMO 2 Cuentos CPD p1-362.internet.indd - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

EMILIo RoDRíGuEZ DEMoRIZI | tRaDICIonES Y CuEntoS DoMInICanoS<br />

<strong>de</strong> Florida, Divina u otra. Varias mujeres tapaban diestramente el cascarón, metiendo antes<br />

el parche, en recortar los cuales se había pasado parte <strong>de</strong>l día anterior y <strong>de</strong> la primanoche,<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rretida cera y ajustándolo a la abertura <strong>de</strong> la rellena cáscara <strong>de</strong> huevo. así se<br />

preparaba fabuloso número <strong>de</strong> docenas para un solo jugador. Bueno es advertir aquí que <strong>de</strong><br />

estos proyectiles los había aristocráticos, esto es, llenos <strong>de</strong>l agua perfumada con las esencias<br />

dichas, y <strong>de</strong>stinados a alguna amiguita o enamorada, y habíalos <strong>de</strong>mocráticos, rellenos <strong>de</strong><br />

agua azulada o con color, y hasta <strong>de</strong>magogos, cargados con cosas que no se dicen. Mientras<br />

tanto los balcones y ventanas se fortificaban con trincheras <strong>de</strong> lonas y caballos <strong>de</strong> frisa, que<br />

no eran ma<strong>de</strong>ros, sino cortinillas dobladas hacia arriba para impedir el paso a los cascarones<br />

y que allí cayesen sin quebrarse y aprovecharlos contra los tiradores.<br />

Des<strong>de</strong> la víspera por la tar<strong>de</strong>, era arriesgado transitar por las calles, porque a partir <strong>de</strong><br />

esas horas y durante la primanoche, ya cruzaban el aire los cascarones y sonaba el agua sobre<br />

el pavimento <strong>de</strong> la calle con ruido alegre e incitador.<br />

El gran día, que muchas veces amanecía brumoso y con lloviznas, durante las primeras<br />

horas se activaba todo lo concerniente a compras y quehaceres domésticos, y se continuaba<br />

precipitadamente el acopio <strong>de</strong> agua a las azoteas y balcones, comenzando el día anterior,<br />

la cual agua se vertía en todo linaje <strong>de</strong> receptáculos, como bateas, baños <strong>de</strong> latón, tobos curazoleños,<br />

envases <strong>de</strong> lata, tazas <strong>de</strong> zinc, etc.; se <strong>de</strong>scolgaban cuadros y se retiraban ciertos<br />

muebles <strong>de</strong> las salas por que no sufriesen algún húmedo obsequio; hervía la cera y bullían<br />

las clásicas cáscaras <strong>de</strong> huevo en profusión increíble <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l agua <strong>de</strong> tuna en casa <strong>de</strong> cada<br />

quien que iba a traficar con tal mercancía; porque no bastando los arsenales particulares<br />

<strong>de</strong> todo jugador, se improvisaban puestos <strong>de</strong> cascarones por don<strong>de</strong>quiera. Los hombres se<br />

vestían regularmente <strong>de</strong> blanco para excitar las ganas <strong>de</strong> mojarlos, y se armaban <strong>de</strong> cestos<br />

<strong>de</strong> todas formas y <strong>de</strong> macutos, que, o se colgaban en el brazo o eran conducidos por muchachos.<br />

algunas damas se cubrían la cara con máscaras <strong>de</strong> alambre; y todas se proveían <strong>de</strong><br />

la legendaria higüera para arrojar el agua y asimismo <strong>de</strong> cascarones. Y temprano, temprano<br />

principiaba la original, bulliciosa acuática porfía que se llama San Andrés.<br />

Grupos <strong>de</strong> jugadores alegres asomaban por todas partes ro<strong>de</strong>ados y precedidos <strong>de</strong><br />

pilluelos <strong>de</strong>scalzos y rotos.<br />

De cada balcón, ventana o azotea caían torrentes <strong>de</strong> agua clara o teñida <strong>de</strong>l cactus que<br />

fue criado quizás expresamente para el San Andrés, la colorada tuna. Los grupos <strong>de</strong> hombres<br />

se agolpaban bajo esas trincheras recibiendo impávidos la inofensiva lluvia, pero buscando<br />

el modo <strong>de</strong> asentar <strong>de</strong> firme el traidor y peligroso cascarón; trocados así los papeles, pues<br />

que tocaba al más débil el arma más inservible y al más fuerte la po<strong>de</strong>rosa. En tan <strong>de</strong>sigual<br />

lucha ¿qué quería ud. que resultara? Que en medio <strong>de</strong>l jolgorio en ventanas, balcones y<br />

azoteas y la febril impaciencia <strong>de</strong> mojar al contrario y la inocente alegría que animaba los<br />

bellos rostros <strong>de</strong> las distinguidas damas, ¡paf! un maldito cascarón tal vez lanzado por la<br />

mano más humana <strong>de</strong>l grupo, venía a dar <strong>de</strong> lleno en un ojo a la pobre señora que <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

ese momento quedaba con<strong>de</strong>nada a gemir en agudo dolor y puesta en grave riesgo <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r<br />

la su ecuórea lumbrera, como dijo el otro. Este inci<strong>de</strong>nte era <strong>de</strong> los inevitables y no poco<br />

frecuentes <strong>de</strong>l San Andrés, y sabiéndolo las señoras, arriesgaban con gusto sus ojos, que es<br />

<strong>de</strong>cir, tratándose <strong>de</strong> mujeres que arriesgaban la vida. ¡Lo que es la pasión <strong>de</strong>l juego, aunque<br />

sea el <strong>de</strong>l agua va!<br />

Daba gusto transitar por esas calles, calado hasta el tuétano y mirando escenas cómicas,<br />

oyendo chistes, risas y bulla creciente, y <strong>de</strong> aquellas boquitas <strong>de</strong> panal retos varoniles. Los<br />

661

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!