03.04.2013 Views

TOMO 2 Cuentos CPD p1-362.internet.indd - Banco de Reservas

TOMO 2 Cuentos CPD p1-362.internet.indd - Banco de Reservas

TOMO 2 Cuentos CPD p1-362.internet.indd - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

EMILIo RoDRíGuEZ DEMoRIZI | tRaDICIonES Y CuEntoS DoMInICanoS<br />

si <strong>de</strong>cimos, profunda como el océano; inmensa como el espacio. Y no podía ser <strong>de</strong> otra<br />

suerte. ojeda no sólo amaba por primera vez, sino en un clima tórrido, y a una mujer bella<br />

como un ángel, melancólica como un lirio, hermosa como una hurí. así que, compa<strong>de</strong>zcamos<br />

al <strong>de</strong>sgraciado alonso, perdido en las sierpes <strong>de</strong> una pasión sincera, pero con<strong>de</strong>nada<br />

a extinguirse por no ser correspondida; compa<strong>de</strong>zcámosle, pues seguro es que hay muchos<br />

que sufren <strong>de</strong> idéntico mal, porque las mujeres (no quisiéramos <strong>de</strong>cirlo) aman casi siempre<br />

al que menos las estima y compren<strong>de</strong>.<br />

IX<br />

En la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> ese día tan terrible para ojeda, pues que perdió por completo las pocas<br />

ilusiones que acariciaba, fon<strong>de</strong>ó la flota frente al puerto <strong>de</strong> Navidad: volvamos ahora al<br />

principio <strong>de</strong> esta leyenda.<br />

Viendo Colón que a pesar <strong>de</strong> haber amanecido, nadie aparecía en el puerto, y teniendo<br />

a<strong>de</strong>más algunas noticias vagas sobre el <strong>de</strong>sastre <strong>de</strong> la fortaleza, por unos indios que cautelosamente<br />

se acercaron durante la noche al buque en que él se hallaba, dispuso que fuesen<br />

algunos a tierra para saber con certeza lo ocurrido; pero estos sólo encontraron unos cuantos<br />

escombros cubiertos ya por la yerba. La villa <strong>de</strong>l cacique Guacanagarí estaba también<br />

<strong>de</strong>struida.<br />

Cuando la tripulación supo que la fortaleza <strong>de</strong> navidad no existía ya, y que ninguno<br />

<strong>de</strong> los hombres que la custodiaban aparecía por sus contornos, ni se tenía noticias <strong>de</strong><br />

ellos; indignóse contra Guacanagarí, a quien supusieron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego autor <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sastre<br />

<strong>de</strong>l fuerte, y <strong>de</strong> la dispersión o muerte <strong>de</strong> los treinta y cinco españoles que allí habían<br />

quedado bajo las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> don Diego <strong>de</strong> arana. también el almirante se apesadumbró<br />

mucho, pero no dudó como los <strong>de</strong>más, <strong>de</strong> la lealtad <strong>de</strong>l cacique, porque conocedor <strong>de</strong> los<br />

hombres, estaba persuadido <strong>de</strong> que Guacanagarí era sincero y <strong>de</strong> buena fe; como suponía<br />

asimismo, que las <strong>de</strong>sgracias ocurridas en la navidad, o sea en la primera colonia europea<br />

fundada en el nuevo Mundo, tenían origen entre los mismos que mandaba arana,<br />

pues se ve con frecuencia germinar la disociación y el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n don<strong>de</strong> quiera que hay un<br />

puñado <strong>de</strong> hombres.<br />

X<br />

Como transcurrieron algunos días sin saberse en los buques lo dicho por los indios<br />

a Colón la noche <strong>de</strong> la llegada <strong>de</strong> la flota y que fue confirmado más tar<strong>de</strong> por los que se<br />

mandaron a tierra; dispuso nuevamente el almirante que algunos fuesen con cautela a<br />

explorar los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> la <strong>de</strong>struida fortaleza, con el fin <strong>de</strong> averiguar algo respecto <strong>de</strong><br />

Guacanagarí, que era el que podía <strong>de</strong>cirle con certeza el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> arana y sus compañeros.<br />

Habiéndose internado mucho los exploradores, encontraron al cacique en una choza situada<br />

lejos <strong>de</strong> la costa: estaba herido en una pierna y se mostró muy quejoso <strong>de</strong> los españoles<br />

por su comportamiento; pero le prometió al jefe <strong>de</strong> los expedicionarios ir a visitar a Colón,<br />

cuando estuviese sano: en cuanto a arana y sus treinta y cinco hombres, todos habían muerto<br />

según el cacique.<br />

aunque Guacanagarí habló a los españoles con la mayor franqueza y los trató <strong>de</strong> la manera<br />

más cordial, todos, excepto el almirante, continuaron dudando <strong>de</strong> su lealtad; y como<br />

a pesar <strong>de</strong> hallarse completamente curado <strong>de</strong> la herida que recibiera la noche que Caonabo<br />

asaltó la fortaleza, no fue a ver a Colón según lo había dicho y prometido, la tripulación se creyó<br />

con suficientes motivos para llamarlo pérfido y traidor. Guacanagarí se presentó al fin; pero<br />

709

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!