03.04.2013 Views

TOMO 2 Cuentos CPD p1-362.internet.indd - Banco de Reservas

TOMO 2 Cuentos CPD p1-362.internet.indd - Banco de Reservas

TOMO 2 Cuentos CPD p1-362.internet.indd - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

CoLECCIón PEnSaMIEnto DoMInICano | Vo l u m e n II | CuEntoS<br />

puedo asegurar, pero si el señor me lo permite le diré que lo que pasó hubiera pasao manque<br />

ella hubiera sido vieja y fea.<br />

Descontando todos los circunloquios <strong>de</strong> la tramoya judicial, el caso pue<strong>de</strong> sintetizarse<br />

así: Vicente Rosa, con su fama <strong>de</strong> guapo y sus ojos atravesados, estaba un día dándose tragos<br />

en la pulpería <strong>de</strong> apolunio torres, y allí mismo, sentado sobre una pila <strong>de</strong> aparejos, fumaba<br />

pacíficamente su cachimbo Yeyo Ramírez. Por dos veces estuvo Vicente mirándole con sorna.<br />

Yeyo, tranquilo, indiferente, le <strong>de</strong>volvía las miradas. Parece que Vicente perdió los estribos.<br />

or<strong>de</strong>nó un trago <strong>de</strong> cuatro <strong>de</strong>dos y se dirigió con él hacia Yeyo.<br />

—¡Beba, <strong>de</strong>colorío! –or<strong>de</strong>nó.<br />

El joven no movió un músculo. Simplemente respondió:<br />

—no bebo, amigo.<br />

—¡Beba, le digo! –tronó el guapo.<br />

—Le he dicho que no bebo.<br />

—¡Beba! ¿o no sabe quién le habla?<br />

—Sí, yo lo sé; usté es Vicente Rosa, pero yo no bebo.<br />

Los tres o cuatro hombres que estaban en la pulpería se apresuraron a intervenir. un<br />

viejo negro explicó:<br />

—no pue<strong>de</strong>, amigo; ta enfermo.<br />

Yeyo rectificó fríamente:<br />

—unq unq, no toy enfermo na. Lo que pasa es que no me da la gana <strong>de</strong> complacer al<br />

amigo.<br />

Vicente Rosa hizo a<strong>de</strong>mán <strong>de</strong> irle arriba, pero se le echaron encima los <strong>de</strong>más y lo contuvieron.<br />

tenía los ojos fulgurantes como can<strong>de</strong>las y soplaba como animal.<br />

—Váyase, Yeyo –rogaba el viejo negro.<br />

—no puedo –explicaba Yeyo–, porque ta al caer una jarina y si me mojo me da catarro.<br />

Hecho un ciclón, Vicente Rosa luchaba por <strong>de</strong>sasirse <strong>de</strong> los otros, y hacía temblar toda<br />

la pulpería.<br />

—aquiétese, Vicente, aquiétese –suplicaba el pulpero.<br />

Sólo Yeyo estaba tranquilo allí. Seguía fumando con escalofriante serenidad y sus ojos<br />

dulces parecían ver el tumulto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejos. Por segundos volvía la mirada hacia el camino real,<br />

como si no tuviera que ver nada con lo que sucedía. Las lejanas lomas presagiaban agua.<br />

—Vea que viene gente, Vicente –dijo el pulpero.<br />

Y en efecto, llegó gente. al ver la brega Eleodora se <strong>de</strong>tuvo un instante, pero en seguida<br />

alzó la voz para pedir media libra <strong>de</strong> azúcar y un centavo <strong>de</strong> jabón, y esa voz, que parecía<br />

un canto <strong>de</strong> ruiseñor, aplacó la reyerta. Fue un toque mágico. Vicente Rosa abrió la boca y<br />

<strong>de</strong>sendureció los ojos. La muchacha, cortada, se volvió a Yeyo. Había percibido el ambiente<br />

<strong>de</strong> violenta admiración que había estallado a su presencia y parecía avergonzada.<br />

Yeyo se levantó y se dirigió a ella.<br />

—¿Ha visto? Ya empezó la jarina.<br />

La muchacha se lamentó:<br />

—anda la porra, dique llover agora–. Y miró hacia el camino.<br />

El que no queso ver la llovizna fue Vicente Rosa. ni se movía ni hablaba ni parecía recordar<br />

su reciente furia. Eleodora se puso <strong>de</strong> espaldas al mostrador. En el inicio <strong>de</strong> sonrisa<br />

que le llenaba el rostro <strong>de</strong> gracia se le veía el placer que le daba tanta admiración, aunque<br />

pareciera estar solamente interesada en el leve caer <strong>de</strong> la llovizna que iba haciendo brillar las<br />

476

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!