03.04.2013 Views

TOMO 2 Cuentos CPD p1-362.internet.indd - Banco de Reservas

TOMO 2 Cuentos CPD p1-362.internet.indd - Banco de Reservas

TOMO 2 Cuentos CPD p1-362.internet.indd - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CoLECCIón PEnSaMIEnto DoMInICano | Vo l u m e n II | CuEntoS<br />

imaginables. afortunadamente nunca logré mis propósitos y cada tentativa <strong>de</strong> fuga se<br />

estrelló contra los pechos robustos y entre los brazos vigorosos <strong>de</strong> los enfermeros, rigurosamente<br />

adiestrados y aptos para evitar toda alteración <strong>de</strong> la férrea disciplina <strong>de</strong> la institución.<br />

Lentamente fui adaptándome a la vida <strong>de</strong> internamiento y aprendiendo a consi<strong>de</strong>rar<br />

impracticable todo intento <strong>de</strong> evasión. Como en el fondo <strong>de</strong> mí mismo vivía el profundo<br />

anhelo <strong>de</strong> sanar <strong>de</strong> mi horrible mal, y ese <strong>de</strong>seo crecía y se robustecía a medida que iba<br />

<strong>de</strong>sintoxicándose mi organismo, paulatinamente fue avanzando el proceso <strong>de</strong> mi recuperación.<br />

un sólo síntoma <strong>de</strong> mi enfermedad persistía tenazmente a través <strong>de</strong>l transcurso <strong>de</strong><br />

los meses: las alucinaciones.<br />

nos recorrió a todos <strong>de</strong> nuevo con su mirada cargada <strong>de</strong> experiencia, y continuó:<br />

—Sin haber pasado por ello, uste<strong>de</strong>s no podrían jamás hacerse una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> lo que son<br />

las alucinaciones <strong>de</strong> un alcohólico. Imagino que la <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> la mente o tal vez la necesidad<br />

<strong>de</strong> escape <strong>de</strong>l subconsciente, interrumpido por la cesación brusca <strong>de</strong>l suministro <strong>de</strong><br />

la droga, crean las condiciones propicias para que nazca en torno al enfermo un mundo <strong>de</strong><br />

fantasías, entremezclado hasta tal punto con la realidad circundante, que uno no es capaz<br />

<strong>de</strong> distinguir dón<strong>de</strong> termina ésta y dón<strong>de</strong> comienza el <strong>de</strong>lirio…<br />

—De este modo, viví durante meses experimentando las más extraordinarias aventuras.<br />

En ocasiones, fui califa árabe, reclinado en mullidos almohadones, servido por esclavos<br />

abisinios y <strong>de</strong>leitado por hermosas huríes complacientes y exquisitas. otras veces, po<strong>de</strong>roso<br />

monarca <strong>de</strong> un reino milenario, triunfador <strong>de</strong> intrigas palaciegas. otras, corsario pirata,<br />

vencedor <strong>de</strong> tempesta<strong>de</strong>s y ducho en abordajes. otras… Pero no voy a cansarles con la<br />

relación <strong>de</strong> las existencias fantásticas que creí vivir en aquella época. Lo que sí <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>jar<br />

bien claro es que cada vez que <strong>de</strong>spertaba <strong>de</strong> esas ensoñaciones, la impresión <strong>de</strong> realidad que<br />

su recuerdo me <strong>de</strong>jaba era tan profunda que tenía que hacer un esfuerzo <strong>de</strong> razonamiento<br />

para compren<strong>de</strong>r cuál era mi verda<strong>de</strong>ra personalidad y adaptarme <strong>de</strong> nuevo a mi yo y a mi<br />

ambiente verda<strong>de</strong>ro. a medida que progresaba mi curación, aquellos <strong>de</strong>lirios se espaciaban<br />

cada vez más y, cuando aparecían, esa impresión <strong>de</strong> realidad <strong>de</strong> que les he hablado se<br />

manifestaba con menos intensidad. Al final <strong>de</strong>l sexto mes <strong>de</strong> internamiento <strong>de</strong>saparecieron<br />

por completo, y yo tuve entonces la certeza <strong>de</strong> haber retornado <strong>de</strong>finitivamente al mundo<br />

<strong>de</strong> los seres normales… Pero justamente entonces, apareció arcadio.<br />

Sonrió levemente, y su relato cobró animación:<br />

—Mi primer encuentro con arcadio sucedió una fresca noche <strong>de</strong> diciembre. Había<br />

dormido ya algunas horas y <strong>de</strong>sperté en la madrugada, probablemente a causa <strong>de</strong>l frío.<br />

Me envolvía una agradable sensación <strong>de</strong> bienestar cuando, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> subirme la frazada<br />

hasta la barbilla, me puse a pensar con optimismo en mi curación inminente. tenía los ojos<br />

cerrados y comenzaba ya a adormecerme en el instante en que una voz, profunda y suave<br />

a la vez, me sustrajo bruscamente <strong>de</strong> la modorra.<br />

—Carlos, Carlos, –me dijo– ¿Estás <strong>de</strong>spierto?<br />

Me causó extrañeza que me llamaran por mi nombre <strong>de</strong> pila, porque en la clínica siempre<br />

lo hacían por mi apellido. Me incorporé a medias y respondí:<br />

—Sí… ¿Quién es?<br />

La voz me habló en un susurro:<br />

—no creo que conozcas mi nombre, ni ganarías nada con saberlo. He venido a hacerte<br />

compañía y a conversar un rato.<br />

Busqué con la mirada a mi interlocutor, pero no vi a nadie en la habitación.<br />

628

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!