03.04.2013 Views

TOMO 2 Cuentos CPD p1-362.internet.indd - Banco de Reservas

TOMO 2 Cuentos CPD p1-362.internet.indd - Banco de Reservas

TOMO 2 Cuentos CPD p1-362.internet.indd - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

andos, que en sentimientos <strong>de</strong> dignidad personal. Era un convencionalismo atrabiliario,<br />

<strong>de</strong> consecuencias hostiles a la paz, difícil <strong>de</strong> mantenerla con pasiones poco nobles, y el viejo<br />

general, ahogando sus escrúpulos, se avino a recibir el primer “sueldo” y los que le sucedieron.<br />

La familia, satisfecha, dijo: amén!; y alguien, alarmado: ¡transacción!<br />

La noticia llegó a oídos <strong>de</strong>l grupo horacista que en Santiago acostumbraba tomar el<br />

aperitivo en el café <strong>de</strong> Laíto Guerrero, frente al Parque Duarte. Reuníanse en este café, entre<br />

otros intransigentes horacistas, los señores Gral. Chago Díaz, Gral. Simón Díaz, Santiago<br />

Guzmán Espaillat, Vicente tolentino R., Francisco antonio Bordas, José Eduvigis Rodríguez<br />

y Ramón negrete.<br />

El aperitivo lo era más para el bocado político <strong>de</strong>l día que para la comida verda<strong>de</strong>ra.<br />

aquel trago corto <strong>de</strong> las doce, <strong>de</strong> rigurosa necesidad en esos días, era disimulo <strong>de</strong> cita, pretexto<br />

<strong>de</strong> reunión, adobo <strong>de</strong> comentarios. Había que interrogar a Gollito para poner en claro<br />

su conducta, y se le invitó al café tan pronto como se supo que estaba en la ciudad.<br />

Montaba Gollito un moro avispao <strong>de</strong> mucha sangre, que clavaba, figurero, a pesar <strong>de</strong> su vejez,<br />

y lo <strong>de</strong>tuvo frente al café <strong>de</strong> don Laíto. Ya le esperaban los amigos, que salieron a recibirle<br />

con un apretón <strong>de</strong> manos junto al bruto cuyo sudor espumeaba sobre los ijares castigados.<br />

Bajó <strong>de</strong> la montura y avanzó hacia la mesa dispuesta para el diario aperitivo. un pobre<br />

chico <strong>de</strong> la calle quedó al cuidado <strong>de</strong> la bestia. apenas le tuvieron frente a ellos, como a<br />

quien se le dispara el primer tiro a boca e jarro, le en<strong>de</strong>rezó esta zumba Vicentico: “Sólo hemos<br />

invitado al amigo, porque, al correligionario, lo damos por perdido”. otro <strong>de</strong> los <strong>de</strong>l grupo,<br />

alzando el rubio vaso en cuyo fondo rodaba una aceituna, gritó: “¡Brindo por el gallo embotado!”.<br />

Y un tercero, más florentino aún en la agu<strong>de</strong>za: “¡Por el novillo <strong>de</strong> Pontezuela!”<br />

Gollito, con más <strong>de</strong> astuto que <strong>de</strong> simple, vio tras el embozo <strong>de</strong> las frases, el aguijón <strong>de</strong><br />

la invectiva, y dijo: “La muchacha que poi no sei maicriá recibe una caitita y un regalo, no<br />

ta obligá a querei ai que la enamora. no soy gallo embotao sino <strong>de</strong> epuela limpia; y novillo<br />

mucho meno, poique toi enterito”.<br />

una explosión <strong>de</strong> risas llenó todo el café, y hasta el mozo que servía mezcló su risa gorda<br />

al coro <strong>de</strong> humoradas.<br />

¿Y por quién <strong>de</strong>bes brindar, por don Alejandro o por don Horacio? –profirió Chago<br />

Díaz.<br />

—“¡Poi don Horacio! –contestó resueltamente Gollito. Soy tan horacita como ante”.<br />

“Entonces, ¿para qué coges dinero <strong>de</strong>l Gobierno?” fue la última embestida, que <strong>de</strong>volvió<br />

Gollito con esta frase <strong>de</strong> Sancho campesino, con que creyó justificarse: “¡precisamente, pa<br />

<strong>de</strong>bilitailo!”<br />

La paz interesada<br />

EMILIo RoDRíGuEZ DEMoRIZI | CuEntoS DE PoLítICa CRIoLLa<br />

El general Gallito Polanco fue uno <strong>de</strong> los invitados por el Gral. Ramón Cáceres a la célebre<br />

reunión <strong>de</strong> generales que éste celebró en Estancia nueva a principios <strong>de</strong> su segunda<br />

administración pública. Viejo amigo <strong>de</strong> Mon, como era llamado en intimidad el Presi<strong>de</strong>nte<br />

mocano, no podía faltar en ella Gollito, ya que se consi<strong>de</strong>raba uno “<strong>de</strong> los <strong>de</strong> aposento”, con<br />

que suele indicarse en nuestro medio el grado <strong>de</strong> relación que une un hombre a otro, así en<br />

amistad como en política.<br />

Gollito no era sólo amigo <strong>de</strong> los <strong>de</strong> aposento por la importancia que como hombre <strong>de</strong><br />

armas pudiera tener, sino por el buen humor, en él característico, <strong>de</strong> que se aprovechaba el<br />

457

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!