You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
166<br />
Inclinó la cabeza hacia ella, fijó en ella sus miradas, como si quisiera abrasarla con la<br />
llama eléctrica que despedían sus ojos...<br />
Clotilde experimentó un vértigo, y si apartó de sí a Miguel fue ya solamente por<br />
instinto.<br />
Pero había invocado el auxilio de su madre y de su ángel de la guarda, y ambos<br />
acudieron en su auxilio.<br />
Llamaron a la puerta, y una voz conocida gritó desde afuera:<br />
-¡Miguel, abre por Dios, Miguel!<br />
Era la voz de Juana.<br />
Clotilde, pálida y anonadada, se dejó caer sobre el taburete; Miguel permaneció<br />
inmóvil sin saber qué hacer.<br />
Pero Juana empujó la puerta con ímpetu, y la puerta se abrió de par en par.<br />
Juana no sospechaba que se hallase allí Clotilde. Al ver a Clotilde dio un grito,<br />
retrocedió algunos pasos y se cubrió el rostro con las manos.<br />
Clotilde halló fuerzas en su misma desesperación para correr hacia ella y decirla entre<br />
sollozos:<br />
-¡Juana, Juana mía, soy culpable; pero aún puedo sostener tu mirada! ¡Bendita seas<br />
que has venido!<br />
-¡Dios quiera que aún sea tiempo de impedir una catástrofe!, dijo Juana anhelante. He<br />
visto salir a Guillermo con los ojos hoscos y el cabello erizado... Le he visto tomar sus<br />
pistolas y dirigirse a este sitio... Las pérfidas palabras de doña Segismunda, sin duda,<br />
han despertado sus celos... Me he adelantado a él por un atajo... Huya usted, Clotilde,<br />
huya usted al instante, o estamos perdidos...<br />
-¡Dios mío, Dios mío!, exclamó la infeliz abalanzándose hacia la puerta.<br />
-No, por ahí no, dijo Juana, ¡oigo pasos... es él!...<br />
Clotilde corrió a la ventana y se precipitó por ella, mientras Miguel, a una indicación<br />
de Juana, se abalanzó a la mesa y recogió las cartas y el retrato.