11.05.2013 Views

El Copo De Nieve Ángela Grassi

El Copo De Nieve Ángela Grassi

El Copo De Nieve Ángela Grassi

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

31<br />

Entonces, obedeciendo a un impulso instintivo se levantó y se dirigió al sitio de<br />

donde partían las voces.<br />

¡Ay, por qué se dirigió a aquel sitio!, ¿qué horrible fatalidad nos guía a querer<br />

descorrer imprudentemente el misterioso velo del destino?<br />

Llegó al vallado, apoyóse en los setos y escuchó.<br />

<strong>El</strong> que hablaba era Miguel, y su interlocutor el anciano sacerdote.<br />

Estaban detenidos en medio del camino, a bastante distancia, y sólo el silencio de la<br />

noche podía hacer que llegase hasta allí el eco de sus voces, y se oyeran distintamente<br />

sus palabras.<br />

-Le juro a usted que nunca jamás se había ofrecido a mi imaginación la idea de que<br />

Juana pudiera ser mi esposa, decía Miguel. Estaba acostumbrado a ver en ella a mi<br />

madre o a mi hermana mayor, y nunca he pensado que pudieran unirnos otros lazos. Así,<br />

pues, no es extraño que su inesperada proposición de usted me haya sobrecogido, me<br />

haya aterrado. ¿Cree usted, por otra parte, que Juana me ame?, que pudiera resignarse a<br />

su vez a tomarme por marido? ¡Ilusión!, ¡mentira! ¡Se ha afectado con la idea de nuestra<br />

separación, como se afectó cuando éramos niños y quisieron separarnos!<br />

-Y sin embargo, éste es un dilema que hay que resolver de un modo u otro, dijo don<br />

Eustaquio, sois mozos y la gente murmura de ver que vivís juntos.<br />

Miguel dio algunos pasos fuera de sí, apretándose la frente con ambas manos, como<br />

sí quisiera hacer brotar de su imaginación una idea que lo conciliase todo.<br />

-¿Amas a otra?, le preguntó don Eustaquio con voz trémula.<br />

Miguel se detuvo, reflexionó algunos instantes, y luego dijo:<br />

-¡No! ¡Mi corazón está libre! No hay ninguna de las jóvenes que me rodean, que<br />

corresponda al bello ideal que me he forjado en mis sueños...<br />

¡Porque yo sueño mucho, padre mío!... Sueño con vivir en otro centro, en otra esfera;<br />

¡sueño con la gloria!... Esta vida tranquila, uniforme, me abruma: quisiera brillar...<br />

sentir... luchar...<br />

-Hijo mío, exclamó don Eustaquio, ¡imprudentes de los que hallándose en la plácida<br />

orilla se arrojan al golfo turbulento de los mares! Insensatos de los que teniendo entre<br />

sus manos la felicidad, la arrojan a los cuatro vientos para ir en pos de soñadas y

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!