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El Copo De Nieve Ángela Grassi

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99<br />

¿Qué se habían dicho Juana y Miguel al separarse?<br />

Juana había entregado furtivamente al joven una cajita, en la cual se encerraba una<br />

flor de acacia ya seca, y había corrido a encerrarse en su aposento.<br />

- V -<br />

<strong>El</strong> cuento de las dos almitas<br />

¡Oh dulce paz, oh bella y sagrada Virgen, que envuelta en cándidos velos eres la<br />

guardadora fiel<br />

del hogar en cuyo derredor se aúna la familia, plegue a Dios que nunca jamás te apartes<br />

de mi hogar ni del de los seres a quienes idolatro, porque una vez apartada de él es muy<br />

difícil que vuelvas, y porque sin ti son inútiles las riquezas, mentidas las glorias de la<br />

tierra!<br />

¡Oh, vosotras, las tiernas perpetradoras de las costumbres suaves, de las virtudes<br />

sencillas, vosotras cuyos atributos son las gracias, en cuya mano se encierra el bálsamo<br />

del consuelo, y cuantos beneficios morales pueden endulzar la existencia del triste<br />

desterrado del Edén eterno, rodead a la paz de un fervoroso culto, como rodeaban los<br />

antiguos de un culto fervoroso a sus dioses lares; no perdonéis sacrificio alguno con tal<br />

de que permanezca con vosotras, dulcificando vuestras penas, embelleciendo vuestras<br />

alegrías!<br />

¡No olvidéis que la dulce y benéfica Virgen es como la sensitiva que se agosta al más<br />

leve contacto!<br />

¡No toquéis jamás a su blanca vestidura, porque como el oro y los diamantes que<br />

cubren las alas de las mariposas, con el más leve contacto se convierte en polvo!<br />

¡Oh, no: renunciad a los pasajeros triunfos del amor propio, a vuestros más legítimos<br />

derechos, si no están en absoluta contradicción con vuestra dignidad; renunciad a todo<br />

antes que renunciar a la dulce paz, guardadora fiel del hogar doméstico, y dispensadora<br />

perpetua de los castos goces, de las delicias puras e inefables que sólo se encuentran en<br />

su seno!<br />

La paz se había ausentado dando alaridos de dolor del hogar de Guillermo, ya mudo,<br />

triste y solitario.

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