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Como a todos los viejos verdes que pululan en las ciudades populosas, y que<br />
aturdidos con su ruido se olvidan de su fecha y de su facha, le incomodaba la vista de la<br />
ancianidad venerable, que hace gala de sus canas.<br />
Pero pronto distrajo la atención de la Marquesa, y la de todos los circunstantes, un<br />
ahogado grito que resonó en el último extremo del aposento.<br />
Quien lo había exhalado era Juana, que estaba trémula, y parecía próxima a perder el<br />
uso de sus sentidos.<br />
A su grito había respondido otro exhalado por el joven forastero.<br />
-¡Eh!, oh!, dijo la Marquesa sonriendo, ¡tableau! ¡he aquí señores una verdadera<br />
escena de comedia!<br />
Se sentó sin ceremonias en una silla, depuso en su falda a Tití; y dijo con tono<br />
sentencioso:<br />
-Aquí verán ustedes como soy yo la providencia de todos los amantes separados por<br />
la infausta suerte. Venga usted acá, Miguel. Aquí les presento a ustedes a Miguel, artista<br />
distinguido de la corte, que ha hecho mi busto en madera, en yeso, en mármol, y en<br />
bronce, de una manera delicada y perfecta, tanto, que mis amigas se turban de envidia al<br />
verle, y no quieren confesar que sea mi busto. Un día me contó su historia, me dijo que<br />
la amada de su corazón residía en esta casa, y yo formé el proyecto de venir a sorprender<br />
a ustedes y traerle en mi compañía para reunirle con ella. Miguel no sabía adónde iba y<br />
así ¡qué sorpresa!, ¡qué felicidad inesperada! Acerquése usted Juana.<br />
Adelantóse la joven temblando, cogióla la Marquesa por debajo de la barba, la<br />
examinó corno había hecho con su sobrina y luego hizo un gesto de disgusto.<br />
-Cutis del rostro curtido, manos ásperas, ¡qué desencanto! Miguel, ¡éste no puede ser<br />
el bello ideal de un artista de genio como usted!<br />
Los ojos de Juana se llenaron de lágrimas; Miguel se sintió humillado en su amor<br />
propio.<br />
No obstante, hizo un poderoso esfuerzo sobre sí mismo, y dijo cogiendo<br />
amorosamente ambas manos de la joven:<br />
-Juana es buena. ¡Si su figura carece de distinción, su alma es hermosa; es la única<br />
mujer en quien reconozco verdaderas y sólidas virtudes, porque desgraciadamente el<br />
alma de la mujer se arrastra sin cesar por el inmundo fango de la tierra!