13.05.2013 Views

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NoticiasBolivianas.com - El portal <strong>de</strong> noticias <strong>de</strong> COMECO<br />

Continúa el sábado 19 <strong>de</strong> enero:<br />

Eudolinda se aproximó al portón, seguida por Antonio y Pedro. El hermetismo<br />

que reinaba tras <strong>de</strong> esas gruesas hojas <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra era preocupante. Siempre que llegaba<br />

alguien por la carretera era saludado por los peones y sirvientes, más aún a esa hora <strong>de</strong><br />

la mañana. Eudolinda golpeó con el llamador, varias veces. Ni los perros ladraban,<br />

como lo hacían al escuchar cualquier ruido. Cuando Pedro iba a trepar por la pared,<br />

usando las salientes <strong>de</strong> piedra, se abrió el pesado portón y apareció un hombre que<br />

según se veía estaba merendando; todavía mascaba un trozo <strong>de</strong> carne, sin po<strong>de</strong>rlo<br />

<strong>de</strong>glutir. Era un perfecto <strong>de</strong>sconocido para ellos. Isabel bajó <strong><strong>de</strong>l</strong> coche con el propósito<br />

<strong>de</strong> averiguar qué es lo que estaba sucediendo. Todo eso le resultaba <strong>de</strong>masiado extraño.<br />

--¿Sí? –dijo el hombre, <strong>de</strong>spreocupadamente, acomodando el bollo <strong>de</strong> carne en<br />

uno <strong>de</strong> sus carrillos --¿A quién buscáis?<br />

--A nadie, señor; esta es mi casa –respondió Isabel, extrañada por la presencia <strong>de</strong><br />

ese <strong>de</strong>sconocido.<br />

--¡Ah! ¿Vuestra merced es la hija <strong><strong>de</strong>l</strong> Maestre? –el hombre, con una mueca que<br />

luchaba por librarse <strong>de</strong> la carne.<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> hombre.<br />

--La misma y no sé qué hace usted aquí –Isabel, irritada por la actitud displicente<br />

--Lamento <strong>de</strong>ciros, señora, --el hombre finalmente sacó el bollo <strong>de</strong> su boca a<br />

una <strong>de</strong> sus manos-- que vuestros bienes, en tanto patrimonio <strong><strong>de</strong>l</strong> Maestre, sencillamente<br />

os han sido confiscados, en nombre <strong><strong>de</strong>l</strong> representante <strong>de</strong> la Junta <strong>de</strong> Buenos Aires.<br />

Página 129 <strong>de</strong> 295 La Saga <strong><strong>de</strong>l</strong> Esclavo – Adolfo Cáceres Romero

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!