13.05.2013 Views

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NoticiasBolivianas.com - El portal <strong>de</strong> noticias <strong>de</strong> COMECO<br />

nada, contra la indolencia hostil... Nada, contra la soberbia <strong>de</strong> esos hombres que quizá<br />

trataban <strong>de</strong> engañarse creyéndose impugnables o, también, extremadamente débiles.<br />

Afuera se expandía, alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> ese grupo <strong>de</strong> personas –<strong><strong>de</strong>l</strong> padre Aldana y <strong>de</strong> los<br />

comisionados—, la inmensa bóveda <strong>de</strong> la noche potosina, tan colmada <strong>de</strong> chispas y <strong>de</strong><br />

misterio, <strong>de</strong> risas y cantos que se perdían barridos por el viento. Así, en esa saturnal<br />

inmensidad, sólo el infinito espacio los envolvía, compartido con la excelsa cumbre <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

cerro rico, cuya silueta se perfilaba frente a ellos. A partir <strong>de</strong> esos días y <strong>de</strong> esa noche<br />

<strong>de</strong> vigilia, abierto ya el surco <strong>de</strong> la muerte, lo que se les venía encima sería imposible <strong>de</strong><br />

contener. En cuanto se alejaron los comisionados, los reos fueron recluidos en celdas<br />

separadas, para que cada uno <strong>de</strong> ellos, a solas, se pusiera bien con Dios. La noche era<br />

más inmensa en ese territorio, como inmensa era la consternación <strong><strong>de</strong>l</strong> padre Aldana, no<br />

tanto por Vicente Nieto, que era un anciano que quizá cargaba en la conciencia los actos<br />

<strong>de</strong> crueldad que había tenido; ni por Paula Sanz, con quien el padre Aldana se hallaba<br />

organizando un albergue para los huérfanos e infantes menesterosos; tampoco por<br />

Córdoba, el valiente y leal militar, sino por haber estado cerca <strong>de</strong> los asesinos <strong>de</strong> su<br />

padre. Ahora no sabía qué hacer. Se arrodilló en plena calle, sintiendo la necesidad <strong>de</strong><br />

orar para que Dios lo iluminara, indicándole el camino a seguir.<br />

Ese mismo día, cerca <strong>de</strong> las 12 <strong>de</strong> la noche:<br />

¿Matar al Gobernador Inten<strong>de</strong>nte? ¿Te das cuenta <strong><strong>de</strong>l</strong> gusto que uno pue<strong>de</strong> tener<br />

al acabar con la vida <strong>de</strong> un hombre que hasta hace poco era todopo<strong>de</strong>roso y que te<br />

hubiera hecho ahorcar por haber dado muerte a un pizarrista?, dice Mariano, terminando<br />

<strong>de</strong> limpiar su carabina. Mira por el caño y sonríe. Pasa la mano lentamente por el<br />

Página 41 <strong>de</strong> 295 La Saga <strong><strong>de</strong>l</strong> Esclavo – Adolfo Cáceres Romero

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!