13.05.2013 Views

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NoticiasBolivianas.com - El portal <strong>de</strong> noticias <strong>de</strong> COMECO<br />

--Juan... Juan –-ja<strong>de</strong>aba el zambo, sudoroso. El cansancio le adormecía las<br />

piernas--, estoy loco <strong>de</strong> amor por la gente, ¿sabes? Ya nada me hará cambiar.<br />

¿Recuerdas cómo te encontrabas antes <strong>de</strong> sanar <strong>de</strong> tu mandíbula? Ese dolor se te quitó<br />

por el amor <strong>de</strong> Dios, quien a<strong>de</strong>más perdonó tus culpas, y siempre lo hará cuando se lo<br />

pidas <strong>de</strong> corazón.<br />

--¿Mis culpas? ¡Maldito imbécil! Ya me cansé <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirte que fue el hechicero<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> socavón quien me curó –gritó el mestizo, arremetiendo contra el zambo. Le<br />

molestaba que lo <strong>de</strong>safiara sólo con la verba <strong>de</strong> lo que él consi<strong>de</strong>raba una<br />

fanfarronada.<br />

--Ambos estáis tan ciegos como Barrabás o Judas que, viendo los prodigios <strong>de</strong><br />

Cristo, no supieron reconocer su divinidad. Pensad, pensad que hasta un malhechor,<br />

colgado en la cruz, fue salvado por Cristo por el solo hecho <strong>de</strong> creer en Él –concluyó el<br />

zambo, consi<strong>de</strong>rando, por primera vez, que cualquier prodigio divino que se les<br />

presentara no sería suficiente para ellos, por cuanto las pruebas <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> Dios<br />

no convencen sino a los que previamente creen en Él o, también, a los que aún sin creer<br />

<strong>de</strong>sean po<strong>de</strong>r hacerlo. Así pues, ellos no se convencerían <strong>de</strong> la fi<strong><strong>de</strong>l</strong>idad <strong>de</strong> su amor y <strong>de</strong><br />

que la curación <strong>de</strong> la mandíbula <strong>de</strong> Juan había sido milagrosa, mientras no tuvieran la<br />

voluntad <strong>de</strong> creer. “¡Oh, Dios! ¿El precio <strong>de</strong> mi vida será suficiente?”<br />

Avanzaba la mañana, con algunas mujeres que atravesaban por ese lugar con<br />

prisa, sin molestarse en mirarlos; iban hacia la calle por don<strong>de</strong> habían salido los<br />

hombres en persecución <strong>de</strong> Pueyrredón. Coordinando sus asaltos, Juan y Mariano<br />

procuraban acorralar al zambo en un rincón <strong><strong>de</strong>l</strong> callejón colindante con la Casa <strong>de</strong> la<br />

Moneda. El zambo hacía lo posible por esquivar los golpes que venían <strong>de</strong> izquierda y<br />

<strong>de</strong>recha, cuidándose a ratos <strong>de</strong> Mariano que intentaba acomodarse a su espalda, con el<br />

Página 267 <strong>de</strong> 295 La Saga <strong><strong>de</strong>l</strong> Esclavo – Adolfo Cáceres Romero

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!