Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:
Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:
Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
NoticiasBolivianas.com - El portal <strong>de</strong> noticias <strong>de</strong> COMECO<br />
esa forma <strong>de</strong> llevar a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante la re<strong>de</strong>nción <strong><strong>de</strong>l</strong> espíritu, censurando las i<strong>de</strong>as que no eran<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> agrado <strong>de</strong> los inquisidores, o acallando a los que <strong>de</strong>nunciaban verda<strong>de</strong>s irrebatibles.<br />
A veces se consi<strong>de</strong>raba un herético, al que podrían con<strong>de</strong>nar a la hoguera, al no estar <strong>de</strong><br />
acuerdo con los preceptos básicos <strong>de</strong> la hermandad no sólo franciscana, sino <strong>de</strong> toda la<br />
doctrina que emanaba <strong><strong>de</strong>l</strong> clero católico; <strong>de</strong> ahí que también se resistía a seguir las<br />
prácticas rutinarias que se <strong>de</strong>sarrollaban en el convento, como por ejemplo repasar las<br />
cuentas <strong><strong>de</strong>l</strong> rosario con los mismos rezos, durante horas; celebrar misas por los muertos<br />
o también sostener la doctrina <strong><strong>de</strong>l</strong> Purgatorio, que no se encontraban en las Sagradas<br />
Escrituras; con esa actitud conciencial, por así <strong>de</strong>cirlo, el zambo también se sentía más<br />
digno a los ojos <strong>de</strong> Dios, quien sí sabía lo que ocurría en su corazón. En tal sentido, le<br />
resultaba imposible someterse a la autoridad <strong>de</strong> los monjes con un voto <strong>de</strong> obediencia.<br />
Por otra parte, ¿acaso el santo <strong>de</strong> Asis no había hecho <strong>de</strong> su vida un acto <strong>de</strong> fe en la<br />
pobreza y misericordia? Entonces, ¿por qué en el convento se llevaba una vida tan<br />
muelle y apacible, lejos <strong>de</strong> los caminos que recorriera Cristo, predicando y curando a los<br />
enfermos, en plazas, explanadas y al<strong>de</strong>as, como si la sangre que ahora se vertía en esas<br />
provincias en guerra no fuera <strong>de</strong> su incumbencia? No en vano el padre Aldana había<br />
abandonado su celda para darse a los <strong>de</strong>más.<br />
El zambo se dispuso a abandonar la biblioteca, mortificado por el austero<br />
silencio con que cumplían su tarea los hermanos censores, quienes apenas se hablaban<br />
con los ojos, cuando no lo hacían con señas. “No estoy hecho para esta vida”, se dijo el<br />
zambo, guardando en el estante La Regla <strong>de</strong> San Benito; consi<strong>de</strong>raba vital ese escrito<br />
no sólo para su tiempo y la or<strong>de</strong>n que el santo había fundado; comprendía que ese<br />
hombre había sido un ser especial, tocado por la mano <strong>de</strong> Dios; por cuanto para él, para<br />
San Benito, la búsqueda <strong>de</strong> la paz no <strong>de</strong>bía ser nunca fruto <strong>de</strong> un renunciamiento, <strong>de</strong> una<br />
Página 190 <strong>de</strong> 295 La Saga <strong><strong>de</strong>l</strong> Esclavo – Adolfo Cáceres Romero