Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:
Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:
Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
NoticiasBolivianas.com - El portal <strong>de</strong> noticias <strong>de</strong> COMECO<br />
pero el gobierno provisional y el Cabildo, que confiaban en la fi<strong><strong>de</strong>l</strong>idad <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo<br />
potosino, se habían opuesto terminantemente a dicha <strong>de</strong>terminación.<br />
--¿Y se ha procedido con el embargo <strong>de</strong> las mulas y caballos <strong>de</strong> los arrieros que<br />
ingresan en la villa? –preguntó Pueyrredón, mientras se abotonaba la chaqueta.<br />
puerta.<br />
--Sí, señoría, <strong>de</strong> suerte que ya contamos con las 200 mulas.<br />
--¡Es poco! Ojalá todo salga bien –Pueyrredón tomó su gorro y se dirigió a la<br />
Las complicaciones empezaron a presentársele a Pueyrredón cuando, a eso <strong>de</strong> las<br />
siete y media <strong>de</strong> la noche, teniendo ya las 400 mulas, se le apareció, aturdido y<br />
nervioso, el capitán <strong>de</strong> grana<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> Charcas, con el parte <strong>de</strong> que toda la compañía<br />
que lo había acompañado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esa ciudad, constituyéndose en su principal apoyo,<br />
había <strong>de</strong>sertado <strong>de</strong>jando las armas tiradas en el cuartel. Ese golpe pudo ser fatal, <strong>de</strong> no<br />
haberse producido la provi<strong>de</strong>ncial llegada <strong>de</strong> dos compañías <strong>de</strong> Cinti –con más o menos<br />
70 hombres--, con quienes empezó a organizar la salida <strong>de</strong> <strong>Potosí</strong>, esa misma noche.<br />
Pueyrredón armó y cubrió con las gorras y armas <strong>de</strong> los grana<strong>de</strong>ros a los cinteños que,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, sólo eran unos voluntarios que sabían más <strong>de</strong> los problemas <strong>de</strong> la tierra y<br />
sus abonos que <strong><strong>de</strong>l</strong> manejo <strong>de</strong> las armas <strong>de</strong> guerra. Con todo, les dio la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> que<br />
estuvieran listos para salir a las dos <strong>de</strong> la madrugada, con <strong>de</strong>stino <strong>de</strong>sconocido. En eso<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> lugar a don<strong>de</strong> <strong>de</strong>bían dirigirse, Pueyrredón tenía un particular sigilo, siendo muy<br />
pocas las personas que lo conocían. Convocó a algunos soldados <strong><strong>de</strong>l</strong> ejército que se<br />
hallaban ocultos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los sucesos <strong>de</strong> la Ollería, por estar complicados en robos y<br />
hechos sangrientos <strong>de</strong>nunciados luego <strong>de</strong> la pacificación; eran alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 40 y,<br />
curiosamente, tal vez porque fueran expertos en el manejo <strong>de</strong> las armas o porque la<br />
Página <strong>25</strong>0 <strong>de</strong> 295 La Saga <strong><strong>de</strong>l</strong> Esclavo – Adolfo Cáceres Romero