13.05.2013 Views

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NoticiasBolivianas.com - El portal <strong>de</strong> noticias <strong>de</strong> COMECO<br />

que en algún momento tendría que acudir al favor <strong>de</strong> los que <strong>de</strong>tentaban el po<strong>de</strong>r si<br />

quería recuperar sus bienes, volvió y le <strong>de</strong>jó uno <strong>de</strong> sus caballos; habida cuenta <strong>de</strong> que<br />

tampoco tenía dinero para contratar los servicios <strong>de</strong> un abogado, si acaso no pudiera<br />

hacerlo con el doctor José Ignacio Ascárraga, que siempre había atendido los intereses<br />

legales <strong>de</strong> su esposo.<br />

A medida que Isabel se <strong>de</strong>splazaba por las retorcidas calles <strong>de</strong> la Villa Imperial<br />

hacia su casa, lo hacía con temor y ansiedad, al no saber qué había sucedido ahí. Ya<br />

estaba en la calle <strong>de</strong> Las Mantas, cerca, muy cerca <strong>de</strong> la esquina que daba a la última<br />

cuadra. Reconocía los mismos tejados caídos sobre el embaldosado ruinoso. Al parecer<br />

el nuevo burgomaestre no se había percatado <strong>de</strong> ello, y, unos pasos más, ya estaba<br />

frente a los dos portones, el <strong>de</strong> la puerta <strong>de</strong> calle y el <strong><strong>de</strong>l</strong> almacén. Al <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

coche, notó que se hallaba fijada en la puerta <strong>de</strong> calle una or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> embargo, con un<br />

escudo borroso, probablemente <strong>de</strong> la Junta Provisora o <strong><strong>de</strong>l</strong> Cabildo, don<strong>de</strong> se<br />

manifestaba que la casa y sus bienes habían sido confiscados. El primer impulso <strong>de</strong><br />

Isabel fue sacar la or<strong>de</strong>n y romperla, pero Antonio y Eudolinda le rogaron no hacerlo,<br />

porque no sólo se complicaba su situación, sino que también se comprometía la suerte<br />

<strong>de</strong> todos ellos, <strong>de</strong> los sirvientes y aun <strong>de</strong> sus padres; lo mejor por el momento era acudir<br />

don<strong>de</strong> el señor Juvenal, hermano <strong>de</strong> su esposo Andrés; y tal vez éste ya hubiera<br />

retornado <strong>de</strong> Buenos Aires. Así pues, sin siquiera golpear la puerta con el llamador,<br />

Isabel se dirigió a la casa <strong>de</strong> su cuñado.<br />

Página 145 <strong>de</strong> 295 La Saga <strong><strong>de</strong>l</strong> Esclavo – Adolfo Cáceres Romero

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!