13.05.2013 Views

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NoticiasBolivianas.com - El portal <strong>de</strong> noticias <strong>de</strong> COMECO<br />

contra las inclemencias <strong>de</strong> la naturaleza. La batalla tenía nuevos contendientes.<br />

Caminar, caminar era la estrategia <strong><strong>de</strong>l</strong> momento. Caminar, día y noche. ¿A dón<strong>de</strong>? A<br />

Oruro, no; a Viacha, para luego ir a <strong>Potosí</strong>. La mente <strong>de</strong> los oficiales se confundía en las<br />

perdidas vías que trazaban tanto sus guías como su comandante.<br />

La tar<strong>de</strong> se iba sin sol. Negros zopilotes zamurreaban el cielo nublado. A<br />

pesar <strong><strong>de</strong>l</strong> frío, se percibía una pestilencia --muy propia <strong>de</strong> la carroña-- que procedía <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

fondo <strong>de</strong> la quebrada que <strong>de</strong>scendían. Ahí, junto al lecho <strong>de</strong> una torrentera verticilada,<br />

yacían varios cadáveres <strong>de</strong> hombres y caballos que indudablemente <strong>de</strong>bían haber<br />

formado parte <strong><strong>de</strong>l</strong> ejército <strong>de</strong> los porteños. Eran más <strong>de</strong> veinte y, al parecer, habían sido<br />

<strong>de</strong>spojados <strong>de</strong> sus pertenencias. La mayoría mostraba heridas <strong>de</strong> bala, en tanto uno que<br />

otro parecía haber sido lanceado o acuchillado. Era difícil i<strong>de</strong>ntificarlos, por cuanto ni<br />

botas, ni ponchos ni chaquetas, calzas o pantalones les habían <strong>de</strong>jado encima. Algunas<br />

faltriqueras y ruanas viejas aparecían cerca <strong>de</strong> los que posiblemente fueron sus dueños;<br />

también encontraron unos taleguillos <strong>de</strong> badana rotos y vacíos. No se veían sables ni<br />

cuchillos, pero sí fusiles y baquetas inservibles, con morrones igualmente rotos. Las<br />

aves <strong>de</strong> rapiña daban cuenta <strong>de</strong> esos cuerpos, aleteando y arrancando trozos <strong>de</strong> carne<br />

que se disputaban. Los hombres <strong>de</strong> Balcarce miraban horrorizados tal espectáculo. Un<br />

oficial disparó a las aves que se dispersaron, levantando vuelo, pero sin alejarse <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

lugar.<br />

--¿Los enterramos, mi general? –la ronca voz <strong><strong>de</strong>l</strong> oficial.<br />

--Estos hombres fueron muertos a traición, mientras se preparaban para<br />

merendar --comentó José María Garrón, el secretario <strong>de</strong> Balcarce, cubriéndose la boca<br />

con un pañuelo.<br />

Página 175 <strong>de</strong> 295 La Saga <strong><strong>de</strong>l</strong> Esclavo – Adolfo Cáceres Romero

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!