Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:
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NoticiasBolivianas.com - El portal <strong>de</strong> noticias <strong>de</strong> COMECO<br />
“En hora buena... paz y amor”, que ironía celebrar el nacimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> Salvador<br />
cuando todo se mostraba hostil, ignorando el verda<strong>de</strong>ro significado <strong>de</strong> ese<br />
acontecimiento religioso, pensaba Isabel, viendo que, a pesar <strong>de</strong> los buenos <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> su<br />
medio hermano, la adversidad se les proyectaba en el futuro. “En hora buena para ti,<br />
hermano”, Isabel cada vez más convencida <strong>de</strong> que el padre Aldana no podría resistir tan<br />
largo viaje; sin embargo no había modo <strong>de</strong> disuadirlo. Después <strong><strong>de</strong>l</strong> ataque <strong>de</strong> apoplejía,<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> que se había salvado milagrosamente, requería <strong>de</strong> un cuidado especial. “¡Dios mío,<br />
ampáralo!”<br />
Al cabo <strong>de</strong> casi dos días, en vísperas <strong>de</strong> la fiesta <strong>de</strong> la Natividad <strong><strong>de</strong>l</strong> Señor,<br />
luego <strong>de</strong> una frugal merienda, la carretela marchaba en pos <strong>de</strong> la hacienda <strong>de</strong> los<br />
Cienfuentes, en Mojotoro, lugar don<strong>de</strong> Isabel pensaba recibir al nuevo año con una<br />
jornada <strong>de</strong> oraciones, distribuyéndoles el aguinaldo --en víveres y ropa-- a sus<br />
sirvientes, tal como el Maestre lo hiciera en vida. También era probable que los padres<br />
<strong>de</strong> Antonio y Pedro armaran el pesebre <strong><strong>de</strong>l</strong> Niño Jesús, como les había enseñado el<br />
padre Aldana, en la celebración <strong>de</strong> la Natividad <strong><strong>de</strong>l</strong> Señor. El advenimiento <strong>de</strong> un nuevo<br />
año, <strong>de</strong> acuerdo a una tradición germana que adoptara el Maestre, se había constituido<br />
en un aliciente para esperar algo mejor; por ello la familia <strong>de</strong> los Cienfuentes se<br />
abrazaba y congratulaba entre sus miembros con <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> bienestar y prosperidad,<br />
<strong>de</strong>jando atrás penas y angustias; pero al parecer esos días se le presentaban a Isabel<br />
<strong>de</strong> diferente manera; para empezar, el viaje <strong>de</strong> retorno lo hacían con viento en contra.<br />
Densos nubarrones los aguardaban por <strong><strong>de</strong>l</strong>ante. Y no sólo los ríos, sino también el cielo<br />
se mostraba cargado, con refucilos que sacudían los oscuros bolsones <strong>de</strong> agua que<br />
amenazaban <strong>de</strong>splomarse en cualquier instante; los truenos, estremecedores a ratos, les<br />
hacían temer la caída <strong>de</strong> algún rayo sobre ellos; en tanto el aire, polvoriento e<br />
Página 64 <strong>de</strong> 295 La Saga <strong><strong>de</strong>l</strong> Esclavo – Adolfo Cáceres Romero