13.05.2013 Views

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

NoticiasBolivianas.com - El portal <strong>de</strong> noticias <strong>de</strong> COMECO<br />

sin po<strong>de</strong>r evitarlo, se le vinieron a la memoria las notas <strong>de</strong> Cornelio Saavedra –que, a<br />

pesar <strong>de</strong> la animadversión que se tenían con el Secretario <strong>de</strong> Gobierno, Mariano<br />

Moreno, estaba seguro <strong>de</strong> que habían sido redactadas por este último--, don<strong>de</strong> le pedía<br />

más pru<strong>de</strong>ncia y <strong>de</strong>jara el mando <strong><strong>de</strong>l</strong> ejército a los militares que lo acompañaban. “¿Se<br />

habrán quejado estos miserables?”, sin embargo todos lo aclamaban a él, nada más que<br />

a él. Frunció el entrecejo y no pudo contener el brote intempestivo <strong>de</strong> unas lágrimas.<br />

“Gracias, gracias”, farfulló, sintiendo la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> los conquistadores en sus<br />

encanecidas sienes. “¡Hijos <strong>de</strong> puta, viva el doctor Castelli!”, atronó súbitamente la voz<br />

<strong>de</strong> un mulato que lucía los galones <strong>de</strong> sargento. La multitud enmu<strong>de</strong>ció y sólo se <strong>de</strong>jó<br />

escuchar la risotada <strong>de</strong> los soldados. El doctor, cortado en ese frenesí <strong>de</strong> gloria que lo<br />

conmovía, volvió a <strong>de</strong>splegar nerviosamente el rollo <strong>de</strong> papel; <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo, ésa era<br />

la única manera que tenían esos soldados –como muchos otros <strong>de</strong> inigualable bravura—<br />

para exteriorizar sus sentimientos. “Ilustres...”, empezó a <strong>de</strong>cir, pero los ilustres vecinos<br />

<strong>de</strong> la villa <strong><strong>de</strong>l</strong> cerro más rico <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, ofendidos y temerosos <strong>de</strong> nuevos y peores<br />

agravios, comenzaron a retirarse. “¡Por favor, nobles hijos <strong>de</strong> esta villa, escuchadme!”,<br />

la suplicante voz <strong>de</strong> Castelli contuvo a algunos cuantos concurrentes; en realidad a<br />

aquellos que no <strong>de</strong>seaban aparecer como <strong>de</strong>scorteses a ese pedido que provenía nada<br />

menos que <strong>de</strong> un eminente miembro <strong>de</strong> la Junta <strong>de</strong> Buenos Aires. “Escuchadme, tengo<br />

un mensaje para vosotros”, prosiguió Castelli, sonriendo.<br />

--Ilustrísimos vecinos <strong>de</strong> esta noble villa <strong>de</strong> la plata –dijo luego, sacudido por un<br />

súbito frenesí <strong>de</strong> felicidad--, se han tomado las avenidas a la fuga <strong>de</strong> los jefes<br />

revolucionarios... –sacó esas palabras <strong>de</strong> su papel, a duras penas, evi<strong>de</strong>nciando que ya<br />

precisaba <strong><strong>de</strong>l</strong> auxilio <strong>de</strong> unos lentes para sus ojos cansados— a la fuga <strong>de</strong> los jefes<br />

revolucionarios –repitió— avanzaron nuestras tropas y franqueamos el paso primero a<br />

Página 15 <strong>de</strong> 295 La Saga <strong><strong>de</strong>l</strong> Esclavo – Adolfo Cáceres Romero

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!