13.05.2013 Views

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

mal?<br />

NoticiasBolivianas.com - El portal <strong>de</strong> noticias <strong>de</strong> COMECO<br />

--¿Maestro? –la voz <strong><strong>de</strong>l</strong> hermano guardián interrumpió su oración--, ¿Os sentís<br />

--No, no, ya estoy mejor. Pronto estaré con vosotros.<br />

--Creo que ha llegado más gente que otros días.<br />

La llama <strong>de</strong> la antorcha que portaba el hermano guardián parecía avivar el dolor<br />

que le atenazaba el cerebro. “Bien, bien...”, el maestro levantó una mano y luego le dijo<br />

que pronto estaría ahí, junto a ellos. Cerró los ojos al hacerse <strong>de</strong> nuevo las sombras.<br />

Enovilló su tormento en una plegaria que rasgó la epi<strong>de</strong>rmis <strong><strong>de</strong>l</strong> Cielo. Al cabo <strong>de</strong> un<br />

instante, la súplica había cesado, al igual que las nauseas, pero no el dolor. Sí, así era, y<br />

no para ser motivo <strong>de</strong> lástima, menos para cambiar la voluntad divina que lo había<br />

conducido hacia los enfermos y menesterosos, entregándole una grey con el don <strong>de</strong><br />

sanar sus dolencias. Sí, esa era la voluntad <strong><strong>de</strong>l</strong> Supremo Creador. A<strong>de</strong>más, la villa ya<br />

estaba pacificada y él no le <strong>de</strong>bía sino gratitud por haberlo elegido para semejante<br />

empresa, en ese tiempo <strong>de</strong> aflicción, miseria y luto. “Gracias, Señor, <strong>de</strong> todo cuánto me<br />

haces partícipe para servirte”, se puso <strong>de</strong> pie, encaminándose hacia el espacio don<strong>de</strong><br />

resplan<strong>de</strong>cían las antorchas.<br />

--¡Francisco! –la voz <strong>de</strong> Mariano vibró por un instante en el cerebro <strong><strong>de</strong>l</strong> zambo,<br />

que oraba con los ojos cerrados.<br />

--¡Mariano, qué haces aquí! –exclamó el zambo, sorprendido por la inesperada<br />

presencia <strong>de</strong> ese hombre.<br />

--Vine por tí.<br />

--¿Por mí? ¿Te das cuenta dón<strong>de</strong> te has metido?<br />

Página 232 <strong>de</strong> 295 La Saga <strong><strong>de</strong>l</strong> Esclavo – Adolfo Cáceres Romero

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!