Potosí, mediodía del domingo 25 de noviembre, 1810:

NoticiasBolivianas.com - El portal de noticias de COMECO
bienes, como le habían advertido varios religiosos en La Plata diciéndole que ya se los
habían confiscado. Si bien el zambo le ayudaba a vencer las dificultades físicas y
materiales del camino, el padre Aldana, por su parte, le brindaba un apoyo moral y
espiritual que el zambo consideraba primordial para salir de la depresión que lo
consumía. Lo único mortificante, no sólo para el enfermo sino también para su médico y
el zambo, eran los accesos de tos que sacudían al padre Aldana, sobre todo en las
noches, y que el médico inglés, Diego Paroissien, no sabía cómo aliviarle, en parte
porque le habían restringido el uso de medicamentos, dado que junto al capellán, Fray
Manuel Ascorra, el padre Aldana se hallaba empeñado en moralizar la tropa,
predicando contra el pillaje y la violencia que ejercitaban esos hombres en algunos
poblados pequeños. Esa campaña moralizadora desde luego no era del agrado del doctor
Castelli, pues consideraba que menguaba la fuerza combativa de sus hombres. Si no
fuera porque en los momentos de peligro de muerte los heridos y enfermos pedían la
asistencia de los capellanes, ya se hubiera deshecho de ellos. El único religioso que
gozaba de su confianza era fray Felipe de la Asunción, que reprobaba la actitud de sus
colegas.
La última intervención del padre Aldana podría hacer que lo expulsaran o le
siguieran un juicio militar y, con tal propósito, Castelli reunía todos los antecedentes y
pruebas que comprometían los actos de dicho sacerdote, tipificándolos, desde su punto
de vista, como derrotistas. El sumario informativo que le había pasado su secretario,
Bernardo Monteagudo, hacía hincapié en un incidente en el cual también se hallaban
involucrados dos subtenientes y un capitán.
Página 78 de 295 La Saga del Esclavo – Adolfo Cáceres Romero