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Nosotros los Arquitectos<br />

unitario: la expresión formal y la belleza de una obra debía ser el resultado de la respuesta<br />

a la función, adaptada al medio, la época, los materiales y la tecnología. La vanguardia<br />

moderna tiene un espacio muy limitado en las revistas técnicas hasta la década siguiente.<br />

63<br />

Entre el eclecticismo académico y la incipiente arquitectura moderna, es habitual hallar<br />

una variada gama de posiciones intermedias, en donde la riqueza de las soluciones propuestas,<br />

más o menos creativas, más o menos integrales en cuanto al diseño, dependió de<br />

la interacción e integración de las variables en juego, internas y externas al campo. Es decir,<br />

la producción arquitectónica estuvo signada por los grandes temas y búsquedas que<br />

preocupaban y ocupaban a la corporación, en definitiva por cuestiones disciplinares, pero<br />

también, en muchos casos estuvo fuertemente condicionada por razones extradisciplinares,<br />

como por ejemplo la rígida codificación entre el estilo, el significado y la función, impuesto<br />

desde la demanda oficial en la edilicia arquitectónica estatal.<br />

A continuación, intentaremos señalar sintéticamente las diferentes posiciones que hemos<br />

identificado en el campo disciplinar en los veinte años que van desde 1925 a 1945.<br />

No pretendemos presentar un panorama completo de la diversidad de situaciones que pudieron<br />

haberse presentado en esos años, sí en cambio son las que hemos advertido como<br />

más significativas con relación al tema que nos ocupa, la constitución del campo y del habitus,<br />

a partir de las fuentes consultadas.<br />

Si hacia 1915, el debate acerca de cómo debía ser “nuestra arquitectura”, dividía a los<br />

maestros académicos o eclécticos, de los jóvenes alumnos nacionalistas, apoyados en algunos<br />

profesores, 64 hacia 1925 la situación comienza a variar por la aparición de nuevos actores,<br />

los integrantes de una incipiente vanguardia. Hubo entonces, al interior del campo, una<br />

recomposición de las alianzas y una nueva conformación de bloques entre grupos otrora<br />

antagónicos. Podría decirse que, quienes fueron jóvenes estudiantes entre 1915 y 1921, 65<br />

tomaron en los años siguientes, distintos rumbos en cuanto a la búsqueda planteada de una<br />

nueva arquitectura, que podrían resumirse en dos opciones principales. La primera fue permanecer<br />

dentro del marco contenedor de la línea reconocida como fundadora del campo,<br />

nucleada en torno de la Sociedad Central, que se hallaba hegemonizada por los “mayores”<br />

y crecer alineados bajo la conducción de los maestros (es el caso de Carlos Becker, o de<br />

Raúl J. Álvarez, por ejemplo). El debate sobre lo nacional, como dijimos, fue perdiendo<br />

fuerza, riqueza e integralidad en la medida en que la discusión se redujo a una mera cuestión<br />

de lenguaje. De este modo, la búsqueda de los jóvenes dejó de ser contestataria y opositora<br />

al eclecticismo cuando se convirtió en un estilo más, una alternativa diferente dentro<br />

del elenco ecléctico de la época. Sólo algunos casos –como Greslebin o Guido–<br />

tuvieron trayectorias independientes y muy decisivas dentro del campo, que justifican un<br />

análisis particular. 66<br />

La otra opción para los jóvenes fue atravesar la línea divisoria y ubicarse como disidentes<br />

de una tradición disciplinar apenas consolidada –que era a la vez académica, ecléc-<br />

64 Remitimos al tratamiento del debate sobre “arquitectura y arte nacionales”, en este mismo capítulo.<br />

65 Es importante considerar que serán los jóvenes de 1915 quienes participan activamente en los años próximos a la reforma<br />

universitaria y que 1921 marca el límite de la acción de este movimiento en los claustros de la facultad. A partir de entonces<br />

disminuye la participación estudiantil en las revistas del gremio y aparentemente aminoran –o son negados– los reclamos<br />

formulados por los alumnos.<br />

66 Remitimos al análisis del debate sobre la “arquitectura y arte nacionales”, en este mismo capítulo.<br />

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