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Silvia Augusta Cirvini<br />

fundadores terminó por convencer a Juan Antonio Buschiazzo y a Christophersen, de<br />

suprimir el funcionamiento de la institución hasta que mejorasen las condiciones. 78<br />

El relato reconoce finalmente un segundo grupo, compuesto por Christophersen,<br />

Buschiazzo y Dormal que, a partir de 1901, consigue superar las dificultades y encarrilar<br />

la organización institucional, realizando una convocatoria entre los más prestigiosos<br />

profesionales para reiniciar las actividades societarias. El 26 de junio de 1901, en sede de<br />

la Sociedad Científica Argentina, se concretó la reunión que rubricó la refundación de<br />

la institución con la asistencia de una veintena de los más prestigiosos profesionales de<br />

la época. La primera comisión de esta segunda y definitiva etapa de funcionamiento efectivo<br />

fue la presidida por Juan Antonio Buschiazzo, con Christophersen en la vicepresidencia,<br />

y con un ingeniero, Pedro J. Coni como Secretario. 79<br />

En sus inicios en el siglo XIX, la Sociedad de Arquitectos, formada principalmente<br />

por extranjeros, no exigía para la admisión de socios, títulos ni estudios específicos.<br />

Lo que contaba era la idoneidad demostrada en la práctica y probablemente los antecedentes<br />

vinculados con los estudios, la formación o la práctica en Europa. Recordemos<br />

que fue recién en el siglo XX cuando se desató el conflicto acerca del título obligatorio,<br />

el cual movilizó la reforma de estatutos con la restricción del ingreso y agudizó el proceso<br />

de diferenciación respecto de la ingeniería.<br />

En un polémico artículo de 1909, Víctor Jaeschke recupera para la memoria del<br />

grupo la controversia planteada un lustro atrás, respecto de los “criterios de competencia”<br />

que empleaba la Sociedad para admitir o rechazar el ingreso. Precisamente, el autor<br />

apela a la condición de la Sociedad como la institución fundadora del campo, como tribunal<br />

máximo para dirimir asuntos profesionales, para afirmar que nunca debió ceder<br />

ante la presión de la ley 4416 (1904), modificando los estatutos para no aceptar a quienes<br />

no hubieran obtenido título de competencia:<br />

“Opino, que el día que la Sociedad adoptó esta desgraciada reforma, abdicó inconscientemente<br />

de su independencia o soberanía, rebajándose hasta declararse inapta para<br />

apreciar si un profesional es digno por su competencia de entrar o no a formar parte de<br />

la Sociedad como miembro activo”.<br />

“No otra cosa significa el someterse ciegamente al juicio de la Facultad de Ciencias<br />

Exactas, que al fin y al cabo cuenta en su seno apenas á 3 ó 4 arquitectos dignos de<br />

ese nombre, los que también pertenecen á la S C de A, fuera de los 60 miembros restantes.”<br />

(…)<br />

“Declarar, que no se puede ser arquitecto ni miembro de la Sociedad, sin la aprobación<br />

de la Facultad, equivale a establecer que talento y capacidades públicamente demostrados<br />

no tienen ningún valor, si no llevan el «visto bueno» de cierto número de caballeros<br />

que tienen el privilegio de haber sido nombrados por el Gobierno profesores de ma-<br />

78 Cf. Ramón Gutiérrez, “Capítulo 2 (1886-1900) “, en 100 años de la Sociedad Central de Arquitectos, Buenos Aires, 1994,<br />

pp. 47 y 48.<br />

79 Esta reunión contó con la presencia de: Carlos Nordman, Arturo Inglis, Pedro J. Coni, Mariano Cardoso, Roberto H. Lomas,<br />

Carlos Morra, Emilio Hugé, Eduardo Le Monnier, Jacques Dunant, Pablo Hary, Charles E. Medhurst Thomas, José<br />

Arnavat, Víctor J. Jaeschke, y Horacio Pereyra, además de los tres arquitectos que convocaban la reunión. Cf. Jorge Tartarini,<br />

“La Segunda fundación”, en 100 años de la Sociedad Central de Arquitectos, Buenos Aires, 1994, p. 54.<br />

Progresivamente, en las reuniones siguientes, se fueron incorporando como nuevos socios, a destacados profesionales: Walter<br />

Basset Smith, Gaspar Bornhauser, John Doyer, Carlos Agote, Augusto Plou, Rafael Aranda, A. Palacios, Ángel Silva,<br />

Gustavo Duparc, Raúl Lavacher, Emilio Agrelo y Domingo Selva.<br />

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