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Nosotros los Arquitectos<br />

consideración de los Concursos como una práctica diferenciadora 53 de los arquitectos respecto<br />

de otras compartidas con otros agentes de la construcción del hábitat. A la vez buscamos<br />

explicar de qué modo los Concursos fueron instrumentos que permitieron o estimularon<br />

el ejercicio de la crítica, y si operaron como mecanismos de consagración o como<br />

dispositivos que propiciaban el reconocimiento profesional de los arquitectos a la vez que<br />

contribuían al establecimiento de jerarquías internas.<br />

En términos generales, los Concursos fueron mecanismos e instrumentos que permitieron<br />

alimentar una especificidad disciplinar en gestación y luego en consolidación, otorgándole<br />

autonomía funcional con relación a otros campos, no sólo disciplinares sino también<br />

respecto del campo político y el económico. 54 También los Concursos permitieron,<br />

tanto en Europa como en nuestro país, legitimar ciertas posiciones –estéticas y conceptuales–<br />

dentro del campo disciplinar y con ello consagrar determinados estilos y tendencias y<br />

desplazar a otros.<br />

Para evaluar y comprender el desarrollo de esta práctica en el marco del tema de estudio<br />

es necesario considerar ciertos aspectos que caracterizan este procedimiento, netamente<br />

moderno y ligado a la autonomización del campo:<br />

• Es en el interior del campo disciplinar donde se formulan las reglas básicas que<br />

han de pautar el juego, en este caso el procedimiento de los Concursos. Las reglas<br />

no son siempre codificaciones explícitas (reglamentos o bases de concursos), sino<br />

también disposiciones duraderas tácitas, ligadas a las reglas de la producción del<br />

arte arquitectónico en general y por lo tanto constituyentes del habitus. Toda regla<br />

impuesta desde lo extradisciplinar es considerada como una imposición.<br />

• Cuanto mayor autonomía alcanza el campo disciplinar, es decir cuanto más pautado<br />

está por normas internas, tanto más ajustadas a la lógica práctica 55 del mismo<br />

serán las reglas que produzca y tanto mayor adhesión y aceptación tendrán entre<br />

los practicantes, los concursos como ejercicios de competencia.<br />

• La práctica de los Concursos entendida como dispositivo al interior del campo permite<br />

acumular poder, en términos de capital simbólico y desde el privilegio que implica<br />

ocupar ciertas posiciones, se legitiman y consagran obras, propuestas y estilos.<br />

• El procedimiento admite un margen para la crítica y el disenso al interior del campo:<br />

desde algunas posiciones expuestas en las revistas, por ejemplo, se pueden discutir<br />

las “reglas del juego” y actuar de este modo regulando esta práctica, ya que<br />

las críticas promueven modificaciones que apuntan a perfeccionar el sistema. 56<br />

53 Recordamos el sentido que le otorgamos a la noción de “práctica diferenciadora”: toda aquélla que contribuya a forjar, fortalecer<br />

o alimentar la illusio del campo. El campo disciplinar que analizamos, como todo campo social tiende a conseguir<br />

de quienes entran en él se interesen en el juego que allí se despliega, adhieran a la lógica y reglas de juego del campo, es<br />

decir que tengan la relación con el campo que Bourdieu llama illusio.<br />

54 Si en Europa en el siglo XVIII la creación de las Academias había conseguido limitar la injerencia del poder absolutista en<br />

el arte de construir, en Argentina más de un siglo después, la práctica de los concursos permitió separar la obra pública edilicia<br />

como tema técnico y artístico, donde las decisiones no podían ser tomadas exclusivamente por la clase política.<br />

55 Bourdieu sostiene que la práctica tiene una lógica que no es la de la lógica; es decir, que los agentes de un determinado<br />

campo disciplinar se mueven no por el interés y cálculo racional sino por esquemas prácticos que promueven la acción;<br />

que todos tienen internalizado como “sentido del juego”, se mueven por las leyes y reglas propias del campo que pueden<br />

carecer de valor o tener un valor inverso en otro campo. Ver el tema en el siguiente capítulo.<br />

56 Chanourdie, desde los editoriales de la revista Arquitectura, convoca a los profesionales a efectuar sugerencias para “contribuir<br />

al perfeccionamiento del “modus operandis” en nuestros concursos de arquitectura”. Ver: Arquitectura, Nº 34, enero de 1906.<br />

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