Descargar archivo PDF - AHTeR
Descargar archivo PDF - AHTeR
Descargar archivo PDF - AHTeR
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Silvia Augusta Cirvini<br />
Este conflicto, como el de Bouvard el año anterior, muestra los problemas “activos”<br />
entre la corporación y la clase política, en un período de mucha actividad de la edilicia y<br />
el ornato públicos. La prensa técnica da sobrada cuenta de estas “escandalosas” contrataciones,<br />
que exceden el espacio de la ciudad de Buenos Aires, para tomar también Montevideo,<br />
o algunas capitales de provincia. Se plantean así, distintos tópicos que van apareciendo<br />
en el debate en forma encadenada:<br />
- Superposición de funciones de los profesionales contratados con las asignadas a<br />
las oficinas municipales existentes.<br />
- Desconocimiento de la realidad local por parte de los técnicos extranjeros.<br />
- La desigualdad en el trato: El monto de las contrataciones es muy superior a lo<br />
que ganan los profesionales argentinos.<br />
- La disponibilidad de recursos para construir obras y solventar esas costosas contrataciones.<br />
- La competencia de los arquitectos locales y la formación que brinda la Escuela de<br />
Arquitectura.<br />
En la década del ‘20, el tema continúa activo pero la corporación es bastante más<br />
sólida, con una institución de enseñanza consolidada como es la Escuela, con un progresivo<br />
crecimiento de su matrícula, como ámbito de reproducción de las prácticas. Recordemos<br />
que en el debate sobre “arquitectura nacional”, que es propio de esta etapa, hay<br />
quienes desde una visión práctica, opinaban que el nacionalismo en arquitectura debía comenzar<br />
por emplear recursos propios del país, tanto materiales como humanos y técnicos.<br />
La prensa dirige la crítica hacia los poderes públicos por su posición perjudicial para<br />
los intereses generales, en cuanto dilapida recursos económicos en la contratación de extranjeros,<br />
que no conocen nuestras necesidades. 145 Esta actitud, dice la prensa, “nos hace<br />
aparecer a los ojos del mundo como un pueblo de rastacueros”, 146 a diferencia de Francia<br />
quien siempre “les hace preferir siempre y por sobre todo, lo propio, lo nativo, lo francés,<br />
a cualquier creación importada”. Puede identificarse en este discurso un crecimiento de la<br />
conciencia “nacional”, por una parte, y de la identidad y capacidad como grupo, que se<br />
pone en igualdad de condiciones con cualquier técnico extranjero:<br />
“Lo repetimos, somos contrarios decididos a la contratación de técnicos «golondrinas»,<br />
por dignidad, por patriotismo y hasta por conveniencia. El único resultado benéfico que<br />
podía resultar de su empleo, es que el gobierno francés, como acto de reciprocidad, contratara<br />
técnicos argentinos para que lo asesorasen sobre el cultivo de la yerba mate en el<br />
Bois de Boulogne, y esto nos parece algo difícil”. 147<br />
Merece atención considerar que quienes escriben (y dirigen las publicaciones), en<br />
estos años, son en su mayoría de la generación siguiente a la fundacional, egresados de<br />
la Escuela de Arquitectura y argentinos (es el caso de Coni Molina, Croce Mujica o<br />
Squirru).<br />
145 Se menciona concretamente la contratación de M. Forestier: “Desconocedor de nuestra flora, de nuestra tierra, de nuestra<br />
idiosincrasia y sobre todo de nuestras finanzas comunales, abordará el problema desde el punto de vista puramente lírico… (…)<br />
Ya sabemos que nos dirá que es necesario abrir avenidas, construir parques, comprar alguna docena de estatuas –a escultores franceses,<br />
naturalmente– arrancar todos los sauces y plantar en su lugar «Pterocarpus indicus»…” Cf. “Temas edilicios: El Técnico<br />
«golondrina»”, en El Arquitecto, Vol. IV, noviembre de 1923, Nº 40, p. 128.<br />
146 Rastacuero es un galicismo de uso habitual en la época como sinónimo de vividor y advenedizo. (RAE)<br />
147 Cf. “Temas edilicios: El Técnico «golondrina»”, en El Arquitecto, Vol. IV, Noviembre de 1923, Nº 40, p. 128.<br />
342