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Nosotros los Arquitectos<br />
arquitectura buscaba alcanzar el prestigio del que gozaba la ingeniería. Las revistas se declaraban<br />
“técnicas”, “científicas”, “prácticas”, y hasta “positivas”.<br />
Tanto en Europa como en América, las revistas actúan como medios de identificación<br />
cultural, espejo de los signos de distinción que permite a los arquitectos conocerse y<br />
reconocerse en ellos, siendo al mismo tiempo el “lugar” del discurso de legitimación de arquitectos<br />
frente a ingenieros y el instrumento más utilizado para dirimir las controversias<br />
profesionales.<br />
Pero también, las publicaciones periódicas eran medios de conocimiento, más eficaces<br />
y útiles que los manuales y tratados, tanto para difundir el saber histórico y arquitectónico<br />
como la información técnica acerca de nuevos materiales y del rápido desarrollo de<br />
la industria de la construcción. Los buenos libros eran caros, escasos, en cambio una hoja<br />
periódica (feuille d’annonces), el antecedente directo del periodismo arquitectónico, podía<br />
presentar una información abundante y variada a un bajo costo y al alcance, tanto económico<br />
como intelectual de todos. 13<br />
Un tema clave a la hora de llevar a cabo la publicación de una revista, tanto en Europa<br />
como entre nosotros, era el de los recursos económicos y financieros para la edición.<br />
Cuando se trataba de la publicación oficial de una corporación, cuanto más sólida y solvente<br />
fuera ésta, más estabilidad, calidad de edición y continuidad tendría la revista. Esto<br />
explica el hecho que en nuestro país los ingenieros, con asociaciones más sólidas, hayan tenido<br />
ya en el siglo XIX publicaciones propias, ya sea de sus organizaciones profesionales<br />
(“Ingeniero Civil”, 1888), o una clara hegemonía en las oficiales (“Memorias de la Oficina<br />
de Ingenieros Nacionales”, 1870). En cambio, la débil organización corporativa de los<br />
arquitectos hizo más vulnerables y efímeros los intentos de editar una revista propia. 14<br />
Los anuncios publicitarios en la prensa técnica y arquitectónica cumplían una doble<br />
función: por un lado, aportar recursos financieros para la edición, por otro brindar información<br />
de las novedades técnicas del mercado de la construcción.<br />
El contenido de las revistas contemplaba secciones características o típicas, que podían<br />
variar su importancia relativa de acuerdo con la índole de la publicación, si era órgano<br />
oficial de una institución corporativa, si era un emprendimiento comercial independiente<br />
o si estaba ligada a ámbitos artísticos, culturales o estudiantiles. Las principales<br />
secciones eran las referidas a: editoriales de opinión, cuestiones disciplinares o doctrinales<br />
del arte arquitectónico, información bibliográfica, anuncios oficiales, temas científicos y<br />
técnicos, temas legales, asuntos urbanos y de higiene, convocatorias a concursos y exposiciones,<br />
etc. A medida que avanzaba el siglo XX aumentaba la importancia de la información<br />
comercial publicada en las revistas, indicador del desarrollo diversificado de la industria<br />
de la construcción. Toda revista de cierta importancia contaba también con una<br />
sección extranjera, que contenía información general y traducciones de artículos de impor-<br />
13 Daly abre un camino en el periodismo arquitectónico que marcará una perdurable huella no sólo en Europa sino en América:<br />
“Déjà depuis longtemps on fait peu des gros livres: c’est qu’à l’heure qu’il est, et en dépit du désordre qui règne dans les trav<br />
a u x<br />
intellectuels, l’esprit générale de recherche est devenue tellement actif, que la science grandit avec une prodigieuse vitesse. Il devient<br />
dès lors nécessaire de les compléter par des écrits périodiques, destinés à maintenir les hommes de l’art et ceux qui s’intéressent à<br />
l’art au courant de ses progrès pour ainsi dire quotidiens”. Citado por Ángel Isac, op. cit., p. 113.<br />
14 El primer proyecto de una publicación que fuera órgano de la Sociedad de Arquitectos data de 1891, que quedó trunco<br />
por dificultades financieras y económicas tanto de los socios como de la institución. Esta situación llevará a los arquitectos<br />
a apoyar la empresa periodística que encara un ingeniero, Chanourdie para tener un apartado como publicación propia.<br />
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