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Nosotros los Arquitectos<br />

2.3. Los Concursos Estímulo<br />

El origen de estos concursos se remonta en nuestro país a 1904 y constituyen una<br />

propuesta dentro de una estrategia más amplia planteada por la Sociedad de Arquitectos<br />

para consolidar el incipiente campo disciplinar y ordenar en su interior los “lugares” diferenciados<br />

y jerárquicos desde una perspectiva de construcción de hegemonía. Por una parte,<br />

ese pequeño grupo que había logrado reorganizarse como ente corporativo en 1901,<br />

merced a su gestión y a su influencia, consiguió concretar la creación de la Escuela de Arquitectura<br />

dentro de la Facultad de Ciencias Exactas, lo cual es considerado como un logro<br />

importante para el gremio. Por otra parte, este mismo grupo padece los embates de la<br />

ley de 1904 de nacionalización de títulos y siente como amenaza la presencia de ciertos<br />

“parvenus” dentro del campo. Quién es quien dentro del juego es lo que la Sociedad de Arquitectos<br />

se propone ir delimitando, con prácticas y actividades que promuevan la integración<br />

pero también la diferenciación, que establezcan en definitiva el “chacun à sa place”.<br />

Los concursos estímulo estaban dirigidos a los estudiantes y a los dibujantes que trabajaban<br />

en los principales estudios de Buenos Aires. Realizados desde 1906 y hasta la década<br />

del ‘20, con el apoyo de subvenciones estatales, la Sociedad de Arquitectos se encargaba<br />

de su organización y desarrollo, redactaba las bases y los programas y otorgaba los<br />

premios que eran en dinero en efectivo.<br />

El objetivo era doble: por una parte, extender hacia los jóvenes estudiantes la práctica<br />

de los concursos, en una suerte de iniciación en las prácticas profesionales, por otra, se buscaba<br />

dar un estímulo, un reconocimiento a quienes efectuaban una tarea poco valorada socialmente<br />

como era la de dibujante. Si bien la finalidad expresa de estos concursos era el “estímulo”<br />

del arte arquitectónico en el conjunto de practicantes más dúctil (estudiantes y<br />

dibujantes), el efecto buscado por sus promotores era la cohesión del campo disciplinar en<br />

torno de las propuestas estéticas del academicismo y el eclecticismo, por ellos enarboladas,<br />

en oposición a los nuevos estilos antiacadémicos, los que aparecen –según la voz de los principales<br />

representantes del gremio– asociados a los advenedizos al campo disciplinar.<br />

Los concursos estímulo tuvieron, durante los primeros años, nula o muy escasa participación<br />

de los estudiantes. Según los miembros de la Sociedad de Arquitectos, la razón<br />

era que a los jóvenes de la Escuela no les interesaban los premios en efectivo. ¿Dé donde<br />

provenía esta certeza? De lo que sucedía a diario en los estudios de los más importantes arquitectos.<br />

Sin dudas no era un motivo económico lo que movilizaba a un estudiante a trabajar<br />

en un estudio de arquitectura; era una oportunidad para ingresar en ese mundo e incorporar<br />

el habitus profesional en forma gradual y práctica. Esta situación era tanto más<br />

valorada cuanto mayor era el prestigio del arquitecto al que pertenecía el estudio. La retribución<br />

en dinero era totalmente secundaria. 68 De allí que resultaba lógico inferir que a los<br />

estudiantes no les atraían los premios en efectivo. Sin embargo, consideramos que hubo<br />

otra razón de mayor peso que alejaba a los estudiantes de estos concursos, situación que no<br />

podía de ningún modo ser percibida por los actores y que sólo el análisis histórico puede<br />

hoy traer a la luz. Los estudiantes no admitían la indiscriminación respecto de los dibujantes:<br />

aún cuando reconocieran que en ciertos campos, como en lo artístico, los dibujantes<br />

68 No olvidemos la extracción social de los alumnos de esa época.<br />

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