08.04.2021 Views

La Historia Secreta del Dia D - Ben Macintyre

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

noches, principalmente en el Club Hamilton o en el Crockford, obviamente

apuestas de alto riesgo» , [633] informaba su escolta del MI5. « No está

involucrada en ninguna actividad oscura» , [634] aunque añadía: « No se sabe si

sus tendencias Lésbicas continúan» . (Lo hacían.)

Bajo el ojo atento de Hugh Astor comenzó a enviar cartas con tinta invisible a

Helmut Bleil, por medio del banco Santo Espirito de Lisboa y el hotel de París en

Monte Carlo. La tapadera de las cartas consistía en « conversaciones femeninas

completamente sin sentido» , [635] según Astor. « Ese texto tiene tanto de su

propio estilo (que está muy lejos de cualquier cosa que y o pueda producir) que

en mi opinión cualquier intento de interferir en él es probable que muestre que ha

sido escrito bajo control» . [636] Entre las líneas, escrito en may úsculas con un

palillo mojado con tinta invisible, comenzó a registrar hechos que podían

interesar a Bleil. Inicialmente sus observaciones fueron banales: « La semana

pasada vi a un hombre descargando un camión lleno de comida en una casa

vacía cerca de la iglesia de Roehampton» . [637] Pero conforme fue adquiriendo

confianza, ella y Astor comenzaron a incluir medias verdades, rumores,

elementos de propaganda y detalles militares inofensivos. « Sus amigos se

pueden encontrar en cualquiera de los clubes de bridge de Londres» , [638]

escribió Astor, y « como amiga de varios ingleses “miembros de la alta

sociedad” ha estado en disposición de captar muchos chascarrillos indiscretos de

los círculos gubernamentales» . Entre sus conocidos había aristócratas como lord

Carnavon, el duque de Marlborough, Duff Cooper, director del Servicio de

Seguridad, y cierta cantidad de oficiales militares de alta graduación.

Además de informar sobre cuestiones de interés que había escuchado

realmente, con la guía de Astor, Elvira inventó otras informaciones y se las

atribuy ó a individuos que era plausible que hubiera conocido, incluyendo al

y erno de Churchill y presidente del Comité del Gabinete de Guerra, Duncan

Sandy s, y los magnates de la prensa lord Beaverbrook y lord Kelmsley. Como

siempre el MI5 no tuvo escrúpulos a la hora de poner palabras en boca de

personas reales. « Cuidábamos mucho de hacer que cada detalle fuese lo más

auténtico posible» , [639] recordaría más tarde Astor. « Me temo que tomamos

los nombres de mucha gente en vano. Ciertamente dimos a entender que el

[antiguo] ministro de la Guerra, Oliver Stanley, y pares como lord Lovat y lord

Mountbatten pertenecían a su círculo de amigos. Por supuesto que ellos no tenían

ni idea de que Bronx les atribuía magníficas indiscreciones. Si lo hubieran sabido

se hubieran enfurecido» . Para complementar sus ingresos, Elvira escribía

artículos rotundamente antinazis para la prensa popular británica, cosa por la que

se disculpó ante Bleil en sus cartas secretas: « Espero que no te importe leer mi

artículo en Sunday Graphic y a que era fundamental que consiguiera fama de

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!