08.04.2021 Views

La Historia Secreta del Dia D - Ben Macintyre

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

de notas escribió: « Strich zwischen Anfang und Nummer» , [1162] (ray a entre el

principio y número).

Quedaron en encontrarse al día siguiente a las once de la mañana en la Praça

do Comércio, unas horas antes del vuelo de Lily. Asombrosamente Kliemann

estaba esperando con una gran caja de puros debajo del brazo. Le susurró que

dentro, debajo de una capa de puros y un falso fondo, había quinientas libras en

billetes de cinco libras. Caminaron alrededor de la plaza, hombro con hombro.

Kliemann se detuvo en una fuente, encendió un cigarrillo y la miró con

solemnidad.

« —Aunque significara el final de mi carrera, si me dijeras que no

quieres regresar a Inglaterra no te obligaría. [1163]

» —Prefiero seguir hasta el final» , [1164] dijo Lily.

Kliemann era un espía ridículo, un egoísta vanidoso y frágil, pero también era

capaz de mostrar delicadeza y le estaba ofreciendo a su espía una vía de escape.

Los jefes de espionaje británicos de Lily nunca habían mostrado tal

consideración.

Kliemann le besó la mano y se marchó.

En su diario Lily escribió: « Hace cinco meses estaba muy entusiasmada, tan

dispuesta a amar a los británicos, tan deseosa de ay udarles. Les admiraba;

confiaba en ellos; tenía fe en el juego limpio británico. He trabajado de buena

gana para ellos; me he arriesgado por ellos. A cambio solo pedí una cosa:

quedarme con mi perro. No era pedir mucho, ¡pero para ellos era demasiado!

Mañana estaré en Londres, les daré el dinero, el código, la radio, todo… ¡excepto

una ray a! Una ray a que me permitirá destruir todo mi trabajo, todo su trabajo,

en el momento en que quiera hacerlo. Puede que no use mi poder. Lo sé. ¡Pero

sabré que les tengo a mi merced!» . [1165]

La agente Tesoro aterrizó en el aeropuerto de Bristol a las 5:30 de la mañana

siguiente, bajo una espesa niebla, y fue llevada a un hotel. Allí le dieron una taza

de té y unas tostadas con un diminuto cuadrado de margarina y media cucharada

de mermelada. Unos minutos después entró Mary Sherer dando grandes

zancadas, seria y bulliciosa. Lily le entregó la caja de puros con el dinero dentro,

los cristales de radio, el sello con el micropunto, el brazalete de diamantes y las

fotografías de Kliemann, sonriendo al sol.

« Debe ser tonto» , dijo Mary. « El coronel estará totalmente encantado» .

[1166]

Robertson acudió a las Rugby Mansions al día siguiente para felicitar a Lily

en persona. « ¡Aquí estás otra vez!» , le dijo con jovialidad. « Realmente no te

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!