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La Historia Secreta del Dia D - Ben Macintyre

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ya que las bombas volantes de Hitler pronto asolarían la capital.

Para Popov y Jebsen, esas semanas en Lisboa les ofrecieron la primera

oportunidad, desde el inicio de la guerra, para hablarse sin disimular o deducir

sobre qué no se podía hablar. Ahora estaban de modo oficial en el mismo lado del

juego, aunque tenían un temperamento completamente distinto. Como señaló en

una ocasión P.G. Wodehouse hablando de cricket: « Algunos bateadores están

nerviosos durante toda una larga manga. Con otros el sentimiento desaparece con

la primera línea» . [1061] Popov era imperturbable, mientras que Jebsen era un

manojo de nervios, pero formaban una asociación sobresaliente. Pasaron juntos

muchas horas felices y disolutas: un par de espías británicos que simulan ser

espías alemanes, gastándose el dinero de Hitler en sí mismos. Jebsen alquiló una

casa en Estoril, con cuatro sirvientes, mientras que Popov vivía en el hotel

Palacio. Celebraron juntos las Navidades, y Popov envió una felicitación, con

tinta invisible, al MI5: « Debo pasar las Navidades en Portugal, comprando

billetes de lotería y dejando que la gente me lustre los zapatos» , escribió. « Te

deseo a ti y a otros tus amigos unas felices Navidades» . [1062]

Pero cuando embarcaba en el avión para Londres, una semana después, el

ánimo de Popov estaba inquieto. Sabía que estaba dejando a su viejo amigo en

una situación de grave peligro. Si Jebsen hubiese solicitado asilo, hubiera estado

seguro, junto a él, en el avión para Gran Bretaña. Pero no lo había hecho. El

archivo de Triciclo contiene una carta escrita a mano que Popov dirigió a Jebsen

poco después de su regreso a Londres. Ofrece un vistazo a lo que llamaba el

« dilema» [1063] de espiar, sopesar obligación y amistad, arriesgando la vida de

alguien a quien quería para proteger a miles que nunca conocería.

Dada la elección entre « ay udar a un amigo y arruinar una causa mucho

may or, o hacer que un amigo corriera el riesgo y tratar de salvar la causa» ,

[1064] escribió, « optaría por la segunda solución. Y lo que es más, estoy seguro

que tú harías lo mismo» . En su inglés vacilante, Popov trataba de decirle a

Jebsen cuánto significaba para él su amistad, y para la causa que ahora

compartían: « Si este caso dependiera de cualquier otro que no fueras tú, estaría

desesperado» .

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