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La Historia Secreta del Dia D - Ben Macintyre

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El artista pinta un cuadro

Johnny Jebsen se estaba arrepintiendo. Su indignación con el régimen nazi no

había desaparecido, pero algo en su conciencia manchada se rebelaba contra la

idea de traicionar a sus colegas alemanes. Además, el peligro por parte de la

Gestapo parecía alejarse. Kammler, el corrupto oficial de la Abwehr en Lisboa,

había mandado un informe afirmando que Dusko Popov debía ser un agente

doble y a que sus informes habían empeorado « tanto en cantidad como en

calidad» , [978] y dirigiendo las sospechas hacia Jebsen. Al enterarse de esto

Jebsen hizo un llamamiento personal al almirante Canaris, el jefe de la Abwehr,

protestando « violentamente contra las maquinaciones de Kammler para

desacreditarle» [979] y declaraba su « intención de abandonar su trabajo y

volver a Berlín para alistarse en el ejército» [980] a menos que se le permitiera

ir a Lisboa para manejar el caso Popov en persona. El farol funcionó. Canaris

dictaminó que la denuncia de Kammler había sido « malintencionada» , [981] y

lo mandó al frente oriental.

Maliciosa o no, las sospechas de Kammler eran certeras, y los motivos de

Canaris para rechazarlas eran, como todo lo que hacía el almirante, opacos. Casi

con toda seguridad Canaris estaba conspirando contra Hitler. Jebsen fue enviado a

Lisboa con órdenes imprecisas de mejorar « la tapadera bajo la cual se lleva a

cabo la correspondencia con los agentes» . [982] Tranquilizado por considerar

que ya no estaba en peligro inminente, Jebsen sugirió a Kenneth Benton del MI6

que quizá sería mejor si, después de todo, seguía siendo independiente. Le

manifestaron con firmeza que era demasiado tarde como para volverse atrás,

pero le tranquilizaron diciendo que « si, como dice, desea hacer todo lo posible

para dañar al régimen nazi, entonces no debería tener escrúpulos por tratar con

nosotros» . [983] Los temblores de Jebsen se habían terminado: « estaba

convencido de que había dado un paso irrevocable y que era consecuente con sus

principios antinazis y que a partir de entonces debía participar activamente, y no

solo de manera pasiva, en la lucha contra el actual régimen en Alemania» . [984]

El agente Artista estaba en el equipo, para bien o para mal, y para siempre.

Por primera vez los británicos tenían un espía en las profundidades de la

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