08.04.2021 Views

La Historia Secreta del Dia D - Ben Macintyre

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

hubiera sabido dónde estaba Jebsen en esos momentos.

Jebsen y Moldenhauer habían llegado a Berlín en tren, custodiados, el 1 de

may o. Desde allí les habían llevado a la prisión militar de Wünsdorf, cerca de

Zossen, y encerrados en celdas separadas, mientras Georg Hansen hacía

« preparativos para ser interrogados por expertos legales» . [1463] Sin embargo,

el SD ya se había enterado del secuestro de Jebsen y pidió que Hansen pusiera

« al prisionero a disposición de Kaltenbrunner lo antes posible» . [1464] Una

completa investigación sobre otro desertor potencial era exactamente lo que

Hansen esperaba evitar. Rechazó entregar a los prisioneros, y ordenó a Kuebart

que dijera al SD que « dado que Jebsen era un soldado consideraba el asunto de

exclusiva jurisdicción de la Abwehr» . [1465]

Durante varios días, Kuebart « hizo todo lo que pudo para poner dificultades a

la hora de que Jebsen fuera entregado» . [1466] La disputa incluso llegó a la

mesa del mariscal Wilhelm Keitel, jefe del OKW. Finalmente llegó un

« ultimátum brusco» [1467] del Obergruppenführer de las SS Heinrich Müller,

exigiendo que Jebsen fuese entregado a la Gestapo de inmediato. De entre los

aduladores asesinos que rodeaban a Hitler, Müller destacaba por su brutalidad:

jefe de la policía secreta del estado, era el principal arquitecto de « la solución

final» , dirigía los escuadrones de la muerte de las SS que seguían al ejército

alemán en la Unión Soviética, y personalmente le presentó pruebas a Himmler

de los vínculos de Canaris con la resistencia antinazi. Odiaba a cualquiera que

tuviera una educación —« Realmente habría que llevar a todos los intelectuales a

una mina de carbón y volarla» , [1468] declaró en una ocasión— y no era un

hombre que aceptara otra cosa que un sí por respuesta. La exigencia de entregar

a Jebsen ya había « producido mucha hostilidad en la Abwehr» , [1469] según

Kuebart, pero no tenía ningún sentido discutir con « Gestapo» Müller. Jebsen fue

puesto bajo custodia policial por un tal Sturmbannführer Schmitz, un ay udante de

Schellenberg, que acusó a Jebsen de « haber traicionado el trabajo de las SS en la

Abwehr» , [1470] y le encerró en una celda de la tristemente célebre cárcel de

la Gestapo en la calle Príncipe Albrecth en espera de ser interrogado.

Con frecuencia Jebsen había insinuado a sus controladores británicos que

estaba involucrado en negocios turbios con altos funcionarios. En efecto, había

dicho a Marie von Gronau que tenía « tanta información sobre el SD que no se

atreverían a investigarle» . Pero parece que sus componendas financieras fueron

mucho más allá que el timo de la falsificación que le había puesto por primera

vez en el punto de mira de la Gestapo. Jebsen había estado utilizando la valija

diplomática para pasar dinero de un país ocupado a otro, y estuvo « implicado en

manipulación a gran escala de divisas y oro» [1471] con la connivencia de

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!