presencia del pensamiento acalitense contemporneo xi - UNAM

suplicaron... darle el título de Villa para que gozasen de las preeminencias,
prerrogativas e inmunidades que las demás Villas de nuestros Reinos gozaban y
les debían ser guardadas; y como tal villa pueda nombrar cada un año para la
administración y de la nuestra justicia, dos alcaldes, cuatro regidores y un síndico
procurador del Consejo de ella".
Aguascalientes se enfrentó en su origen a muchos obstáculos, el principal ser
tierra de guerra; por eso en sus primeros años no alcanzó a desarrollarse. En
1585 ve Hernando Gallegos así a la villa: "A ocho leguas de este pueblo, está
poblada la villa que llaman Nuestra Señora de la Ascención, donde está un fuerte
que llaman Aguas Calientes. Y es de muy poca o ninguna población, porque no
tiene más de los soldados que están en el dicho presidio, que son dieciséis, y un
caudillo y dos vecinos, porque no se pueden tener en la dicha villa ninguna
contratación ni valerse de sementeras, porque no dan lugar los indios chichimecas
de guerra, que los matan y les hurtan los caballos y bueyes que tienen en
cualquier parte del año". Y veinte años después Mota y Escobar la encuentra "la
más pobre y humilde población de todo este reino", con apenas 12 vecinos "que
sirven los más de ellos de mayordomos a los señores de las estancias de ganados
mayores que hay en estas cercanías muy buenas y gruesas".
Con el desarrollo de la agroganaderia y luego de que el oidor Gaspar de la Fuente
instruyó que en la traza se debía fijar una plaza de 100 varas en cuadro y "en la
escuadra frontera a la del sureste esté la iglesia, la Villa atrajo paulatinamente más
vecinos. El auto de la primer visita pastoral, de agosto de 1612, dice que "la iglesia
que está comenzada se acabe con brevedad, donde se puedan celebrar los oficios
divinos". Su origen que había sido pobre y desordenado fue mejorando; para
principios de la segunda década Arregui ya encontró avecindados entre 15 y 20
españoles "y en sus contornos hay otros muchos en estancias y labores"; es decir,
que ya contaba con alrededor de cien vecinos y ofrecía atractivos a los
estancieros para hacer vida familiar. En busca de una mayor información revisar
detalladamente los asientos de bautismos y matrimonios correspondientes a la
primera parte del siglo XVII; en bautizos se encontró esta tendencia: españoles
(incluye los criollos), 367; mestizos, 128; indios, 684; mulatos, 124 y esclavos
negros, 66; de estos nacimientos ocurrieron en la villa 233,28 en el pueblo de San
Marcos y el resto en la jurisdicción.
Lo anterior nos lleva a pensar en el continuo proceso de mestizaje, que a la postre
dominó el espectro social regional. En la segunda y tercera décadas se
avecindaron entre otros Gaspar de Silva, Juan García, mayor de Castilla, que casó
con Beatriz Gallegos, Miguel de Sierra que casó con Juana Martel, hija de Maria
de Frías y Hernando Gallegos que habían emigrado de Teocaltiche en 1600.
María de Frías construyó casa en un solar que le donó el cura de Teocaltiche, Br.
Cristóbal Macías Barreto, "por las muchas buenas obras que debo y he recibido y
recibo..., de dos que tengo en la Villa de la Ascención de Aguas Calientes que
compré a Juan de Montoro y Juana de la Torre su mujer vecina de la dicha villa
colinda con casa y solar que fue de Juan de Montoro padre del susodicho por la
banda de arriba la calle real". También se establecieron Alonso de Torres y
Constanza de Alvarado; Martín Fernández e Isabel de Grijalva y Velasco; Juan de
Padilla, natural de Jerez ,que casó con Petrona de Siordia; Esteban Tejada y Luisa
Delgadillo; Diego de Mateos de Ortega; Francisco Díaz, de Islas Canarias que
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