presencia del pensamiento acalitense contemporneo xi - UNAM

casa solariega, Cienega de Mata, la residencia habitual del Mayorazgo y gran
parte de las posesiones. El curato de Aguascalientes había quedado vacante el 26
de marzo de 1758 por ascenso a una prebenda tapatía del caritativo párroco, Dr.
Manuel Colón de Larreategui, que lo había ocupado desde el 2 de septiembre de
1733. Tan importante parroquia llevaba cerca de tres años con cura interino, el
bachiller Miguel Antonio Gómez. Para estas fechas Mateo José se había dado a
conocer lo suficiente en las altas esferas. Contaba con 31 años y la influencia de
la familia que pesaba demasiado; por lo que no es extraño que el Cabildo Sede
Vacante se fijara en nuestro personaje y accediera a las súplicas familiares para
entregarle en propiedad el curato. El hecho está registrado en los libros
parroquiales en los siguientes términos: "El día 22 de febrero de 1761 tomó
posesión de este curato el Dr. Dn. Matheo Joseph de Arteaga originario de esta
jurisdicción en la Ciénega de Mata..., sujeto en quien se admiró el mayor celo y
anhelo a el Culto Divino, como lo publican las cuantiosas y bellísimas obras que se
deben ver, así en esta parroquia como fuera de ella; pues se vienen en
conocimiento, que erogó de gastos de ellas aun mucho más de lo que le produjo el
curato, no siendo dueño ni de hacer una camisa, aun deshaciéndose de las
preciosas alhajas de un uso"
Conviene dejar asentado lo que nos dicen viejos documentos, que Mateo José
esperaba más que un curato, una prebenda de la catedral neogalaíca o una mitra;
sin embargo, mientras ésto llegaba, procuró hacer méritos. Y así los percibimos
durante los siete años que estuvo al frente de la Parroquia de Aguascalientes. Más
de uno de sus biógrafos ha resaltado en Mateo José al hombre emprendedor,
empeñoso en acumular bienes y fama; al hombre experto en negocios
inmobiliarios, más que la faceta de benefactor. No negamos que se dieron en él
estas cualidades; sin embargo, pienso que lo que más honro a Mateo José al
frente del curato fue su labor pastoral y caritativa. Dio muestras de ser un hombre
desprendido; su sucesor en el curato dejó esta referencia: "no fue dueño de hacer
una camisa". Y ésto quedó constatado en las numerosas obras por él promovidas
y que a nuestro juicio han sido suficientes para hacerle figurar en la galería de los
grandes benefactores que ha tenido Aguascalientes. Mateo José fue un hombre
de espíritu emprendedor, cual fue el de aquellos ilustrados criollos de la segunda
mitad del siglo XVIII; trabajó entusiastamente por el engrandecimiento de la Iglesia
y sociedad local. Pergueñando las diferentes noticias que contienen los archivos
locales, inferimos que fue un digno sucesor de don Manuel Colón de Larreategui.
Desde el momento en que recibió el curato, se dedicó a embellecer el templo
parroquial, a dotarlo de edificios dignos ya hacer otros templos o continuar los ya
comenzados. Para que nuestros lectores conozcan mejor a nuestro personaje
haré algunas referencias. Hay una nota de su puño y letra en el Libro de Gobierno
que se refiere a la casa cural, una de sus primeras obras. "El año de 761 que entré
yo, el Dr. D. Matheo Joseph de Arteaga de cura de esta Villa, encontré la casa de
los curas por los suelos, arruinada e incapaz de servir y lo representé a el M. I. Sr.
Deán y Cabildo sede vacante de la S. Iglesia de Guadalajara prometiendo que a
mi costo fabricaría casa suficiente a los curas, con tal que se me diese licencia
para fabricar toda la reja que cae a la plaza de tiendas y a espaldas un rejón, y
que ésto fuese para la Archicofradía del Smo. Sacramento de esta parroquia, y
conociendo la utilidad que resultaría a la Iglesia y a los curas me concedieron los
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