presencia del pensamiento acalitense contemporneo xi - UNAM
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perfectamente a quién se deben y que son producto de la visita general iniciada en<br />
1765 por D. Diego Rodríguez; es más, conocemos los documentos que<br />
propiciaron ésta, Edicto y Carta de marzo y mayo de 1765, y la metodología que<br />
debía aplicarse. Todo esto resulta de gran ayuda para mejor conocer e interpretar<br />
su contenido y que la información es fidedigna, ya que fue recogida y<br />
proporcionada por los respectivos párrocos y por quienes tenían que ver con cada<br />
una de las instituciones en ellos mencionadas. Por eso anteceden a los<br />
Cuadernos ambos documentados, así como el escrito en que Mateo José es<br />
nombrado Juez Visitador. Uno de los obstáculos a que se va a enfrentar el lector<br />
son los datos globales que no permiten identificar particularidades tan fácilmente.<br />
Pero debe tener presente que era la forma de realizar este tipo de informes:<br />
globalizaban el panorama general de cada una de las jurisdicciones. Creo de gran<br />
interés el que nos dan fichas exactas, localidades, instituciones y personajes que<br />
los administraban; y hasta tiene la cualidad de informar de categorías étnicas y<br />
administrativas, así como de logros o desajustes ocurridos alrededor de las<br />
fechas. En fin, aquí no hay duda de detectar la confiabilidad de los documentos,<br />
confiabilidad social y de personajes fundamentales para la historia. Cada uno<br />
constituye la base para la evolución de las prácticas religiosas y colaboración<br />
económica. ¿O no nos dice todo esto el señalamiento de obras y fuentes<br />
económicas de las parroquias y cofradías? Esto nos lleva a pensar que coadyuvó<br />
todo un equipo parroquial. Además, la unidad de datos a través de cada uno de<br />
los Cuadernos revela la <strong>presencia</strong> de un superior o coordinador cuidadoso y hasta<br />
e<strong>xi</strong>gente con sus colaboradores en cuanto al orden y totalidad de datos.<br />
Reiteramos, estos Cuadernos de Visita corresponden a los últimos años <strong>del</strong><br />
episcopado de Don Diego Rodríguez de Rivas y Velasco, y los 17 se ocupan de<br />
los curatos que por comisión encargó visitara Mateo José al no poder atenderlos el<br />
prelado en persona. No se salen <strong>del</strong> cartabón observado y <strong>del</strong>ineado en 1765,<br />
aunque merece que resaltemos que contienen muchas particularidades, sello <strong>del</strong><br />
de Ciénega de Mata; manifiestan que se interesa por conocer en detalle lo bueno<br />
y lo malo y, también, manifiestan una curiosidad inquisitiva, para poder tomar las<br />
providencias sobre cada uno de los problemas. Apreciamos que en ningún<br />
momento se aparta de las normas <strong>del</strong> edicto y carta dirigidos por el prelado a los<br />
párrocos y doctrineros de la diócesis en 1765; por lo tanto, la información de cada<br />
Cuaderno tiene mucho en común. Son reiterativos en satisfacer escrupulosamente<br />
lo que el Derecho Canónigo y las normas reales señalaban sobre las visitas<br />
pastorales. El Concilio de Trento ordenó que los obispos tenían la obligación de<br />
vivir en sus iglesias y que debían visitar sus diócesis una vez al año. El Concilio III<br />
Me<strong>xi</strong>cano Provincial (1585), hizo suya esta norma y la impuso como obligatoria a<br />
los obispos novohispanos. Las visitas involucraban toda la vida eclesiástica: los<br />
clérigos como los seglares, incluidos los religiosos en tanto que fueran curas<br />
doctrineros; culto y decoro de los templos, administración de beneficios,<br />
testamentos, capellanías, aniversarios; vida y costumbres de clérigos o no<br />
clérigos; todas esas cosas eran aspectos centrales de toda visita. Por su parte<br />
también el rey hizo suyas las recomendaciones <strong>del</strong> Concilio de Trento. La<br />
Recopilación de las Leyes de Indias, libro I, título VII, hablan sobre las visitas de<br />
obispos; de allí se derivó que en caso de no poderlo hacer personalmente<br />
nombraran Visitadores Comisionados como fue el caso de Mateo José. Pienso<br />
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