presencia del pensamiento acalitense contemporneo xi - UNAM
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anchos; y la agricultura era el giro que brindaba la naturaleza a sus habitantes y<br />
no era despreciable la cría de ganado mayor y caballos de buena calidad.<br />
Sin embargo, el problema para Jalos no fue cubrir el número de almas requerido<br />
por la Constitución, sino conformar sus autoridades con normalidad y desarrollar<br />
su administración. Decía Prisciliano Sánchez en su primer informe de gobierno:<br />
"apenas se encuentra en ellos quién sepa mal leer y peor escribir, y no en pocos<br />
se dificulta hallar número suficiente para la renovación anual y cesación bienal en<br />
los destinos de los alcaldes, regidores y síndicos".<br />
A la falta de gente preparada se agregaba la de arbitrios. La diputación Provincial<br />
había autorizado en 1821 a los Ayuntamientos introducir a sus fondos los<br />
productos de la pensión cobrada por degüello de reses, por reconocimiento de<br />
pesas y medidas, por asiento de plazas en los mercados, por el uso <strong>del</strong> fiel y<br />
arriendo de solares así como tierras <strong>del</strong> fundo legal y algunos otros arbitrios<br />
particulares. Pero el producto de todos estos ramos era tan poco que la mayoría<br />
de los ayuntamientos apenas alcanzaban a cubrir los gastos muy precisos de<br />
escuela y secretaría. Ante esta realidad ordenaría Prisciliano Sánchez, que los<br />
escasos frutos que producían sus fondos se aplicaran de preferencia en la<br />
creación y sostenimiento de escuelas de primeras letras; y si alguno no llegaba a<br />
producir 200 pesos anuales, no tuviera secretario con sueldo y que su función la<br />
desempeñara un regidor.<br />
La poca industria textil con que Jalos contó a fines de la colonia se vino abajo por<br />
la guerra de Independencia. Ni en Jalos ni en otras partes lograba levantarse;<br />
manifestaba Justo Corro en su informe de 1829, que en todos sus ramos la<br />
industria se encontraba en un estado decadente por falta de numerario para su<br />
fomento y por la introducción de tejidos por los puertos. Esto ha reducido a la<br />
miseria a muchos jaliscienses que se mantenían anteriormente con sus<br />
manufacturas". Tomó la importante decisión de arreglar los caminos que habían<br />
quedado inservibles por tantos años de guerra. Al reconstruirse el camino real,<br />
Jalos vio activar su comercio que estaba casi muerto, y de nuevo contempló el<br />
pasar de diligencias y recuas de acémilas y mulas cargadas de productos en<br />
distintas direcciones.<br />
Debido a los constantes levantamientos y al desatado bandolerismo la<br />
administración jalisciense no lograba consolidarse; y una de las zonas más<br />
afectadas fue la franja formada por la ruta Guadalajara-Jalos-SanJuan se vio<br />
dislocada permanentemente por todo tipo de grupos alzados, gavillas de<br />
bandoleros o pronunciados que seguían a este o aquel jefe, a esta o aquella<br />
bandera, a determinado Plan tan socorrido en esos años. Decía Herrera y Cairo<br />
en su informe de 1831 "Un Estado que en otros tiempos llevaba un nombre<br />
glorioso entre todos los de la Federación, que se había singularizado por los<br />
a<strong>del</strong>antos de su ilustración, y que su opinión era decisiva en los grandes asuntos<br />
de la República, lo encuentro obscurecido, abatido, nulo en fin, y a merced <strong>del</strong><br />
primer ocupante". Y como si eso fuera poco nuestro pueblo se vio azotado en<br />
1833 por el cólera morbus que llevó al sepulcro a muchas víctimas, así como por<br />
las gavillas <strong>del</strong> bandolero Méndez; tanto desquició la región que en julio de ese<br />
año se reunieron los comandantes de Lagos, S. Miguel, y S. Juan para poner<br />
remedio.<br />
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