presencia del pensamiento acalitense contemporneo xi - UNAM
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se dedicó en cuerpo y alma al ejercicio de su promesa rota. Se mueve, actúa, y<br />
consigue le reintegren a su amado Aguascalientes para, ocuparse de los<br />
desprotegidos, las castas y los indios. Abrió su corazón y los ojos a las cosas que<br />
le rodeaban y volvió a retomar con intenciones puras su antigua vida <strong>del</strong> modo<br />
más natural. Claro que ahora su visión quedaría reducida, porque ya no eran las<br />
mismas circunstancias de años atrás; ahora había por todas partes conspiradores<br />
contra él. Por eso al retornar a Aguascalientes en el verano de 1814, lo encontró<br />
solitario, escabroso. Vivió valientemente en la Villa por unos meses en medio de<br />
una sociedad que no aceptaba su proceder. Con tan tremenda carga encima, su<br />
vida se fue deteriorando, se fue volviendo mediocre. No podía resultar otra cosa<br />
de los odios, las enfermedades y la acumulación de los años. Sin embargo, se<br />
aprestó a enseñar y catequizar; a distribuir sacramentos y cumplir lo mejor posible<br />
con su vida sacerdotal.<br />
Aunque su ministerio quedó restringido al cuidado de las castas e indios, se sintió<br />
contento pues era la forma de mostrar que cumplía con sus obligaciones. Y abrió<br />
el surco y empujó hacia <strong>del</strong>ante para recuperar su deteriorada situación; y se sintió<br />
motivado por embajadas de humildes indios jesúsmarianos y sanmarqueños que<br />
lo animaban y hacían sencillos obsequios. Hasta se sorprendió de que aún<br />
hubiera gente que lo quería y apreciaba, y que ignoraba el odio. En fin, volvió a<br />
sentirse un hombre útil, bueno en medio de los que lo odiaban. Pablo José buscó<br />
y halló el único remedio para recuperar el lugar que le correspondía en la sociedad<br />
como sacerdote: actuar de acuerdo con su madre la iglesia. Así fue como destruyó<br />
un pasado que lo enturbiaba; así fue como se ilusionó en recobrar su situación, su<br />
buen nombre, su lugar en la comunidad.<br />
Pero todavía le quedaba por sufrir otro trago amargo. Cuando creía haber<br />
recuperado la paz interior y exterior y se disponía a gozarla, tropezó en una de las<br />
calles de la Villa de Aguascalientes con el exaltado y furibundo realista Bernardino<br />
Díaz de Cosío, con quien tuvo un altercado al repeler un intento de atropello; en<br />
mala hora se topó a quien se opuso en Jesús María cuando los indios <strong>del</strong> pueblo<br />
se sublevaron contra los dragones. Fue aprehendido y juzgado; en el juicio que se<br />
le abrió no fueron respetados los derechos humanos en lo más mínimo y se abusó<br />
de él por su pasado.” 40<br />
Luego <strong>del</strong> trabajo biográfico y reivindicador de Pablo José, la siguiente publicación<br />
se difunde de manera similar al “Cuadro Estadístico de la Municipalidad de<br />
Jalostotitlán, 1580”, pues se recupera como un documento valioso el “Cuadro<br />
general estadístico de San Miguel de los Alcalanes, de su Edición Oficial de 1879”,<br />
que fue editado por el Centro Universitario de los Altos de la Universidad de<br />
Guadalajara, en 1997, y precedido también por una introducción de José Antonio<br />
Gutiérrez Gutiérrez, con la presentación a cargo <strong>del</strong> Rector de esa institución.<br />
La PRESENTACIÓN, es una nota ilustrativa sobre la región y el origen <strong>del</strong> nombre<br />
de la municipalidad. El Rector, Rodolfo Gutiérrez Zermeño, hace las siguientes<br />
apreciaciones: “De la familia náhuatl, los tecuexes escogieron la meseta de Los<br />
Altos como asiento en el siglo VI y VII de nuestra era, y crearon entre otros los<br />
40 Gutiérrez Gutiérrez, José Antonio. “El aguascalentense más significativo de la Insurgencia. P. PABLO<br />
JOSÉ CALVILLO JIMÉNEZ (1772-1816). Aries. Aguascalientes Año. XXI. Septiembre de 1998. No. 248.<br />
Pp. 30-31<br />
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