presencia del pensamiento acalitense contemporneo xi - UNAM

de los estudios de la Historia. La gradual disolución de la creencia del siglo XVIII
en la razón y el progreso, obligó a que la Filosofía de la Historia se desligara de su
esencia teológica en que había abrevado hasta entonces. Es decir, que desde
entonces, al negarle su paternidad teológica, su contenido, la hizo que se diluyera
de tal forma, que ha llegado a manifestar cualquier pensamiento sobre la historia,
algo que significa una interpretación sistemática de acontecimientos históricos,
que se unifican en su sucesión y se dirigen hacia una idea fundamental no
religiosa. La tesis relevante del Ensayo no la constituye ya la bondad y la
Providencia divinas, sino la voluntad y la razón humanas. Se ha dicho, que la
gradual disolución de las creencias y la fe del hombre occidental hacia la razón y
el progreso, dejó a la Filosofía de la Historia sin hogar ni significado. Existe mucho
de razón, porque a partir de Voltaire la Historia se convierte en una especie de
archivo parcial de la experiencia humana; y como tal, resulta demasiado profunda
y demasiado superficial para dar relieve apropiado a la grandeza del alma
humana. Desde esta perspectiva, no hace sino aprobar o desaprobar el valor
inestimable del hombre frente a las potencias terrenales. La naturaleza de los
individuos y de las naciones puede ser hipnotizada por ciertos procesos
universales; pero aún así, el cumplimiento y la realización de esto o aquello, y de
que ellos sigan viviendo mientras otros perecen, requiere de ellos. En fin, se infiere
desdeVoltaire, que el sentido común del hombre no pretende ver en el cañamazo
de la historia humana el designio de Dios o del mismo proceso histórico; más aún,
hasta se insiste en liberar al hombre de "la historia opresiva religiosa". Desde
entonces, el hombre se ha preocupado por crear una actitud de escepticismo o de
fe que tenga sus raíces en una experiencia histórica, aunque se halle separada de
ella y la sobrepase en alcance. No nos extrañe que, con frecuencia, esta forma
incite al hombre a soportarla con una resignación completa y una confiada
esperanza. Cuando Troeltsch y Dilthey trataron de superar las presuposiciones
dogmáticas de la teología y de la metafísica de la historia, su juicio se basó
precisamente en su creencia dogmática en el valor absoluto de la historia como
tal. Un ejemplo más de la forma en que ahora se piensa debe hacerse la Historia.
Nietzsche escribió, que ésta no debe interpretarse como un testimonio
ininterrumpido hacia un orden y fin morales por ser idea de tiempos pasados;
también dice, que la naturaleza como prueba de bondad de lo divino, es una idea
de tiempos pasados. ¡Qué bueno que tomemos estas opiniones como otras más!
Pensamos que no sale sobrando seguir haciendo
Historia como San Agustín y
Bossuet por ser una manera muy positiva de conocer e interpretar al hombre y a
las sociedades.”
día y es motivo para que los
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Continuando sus estudios sobre la historia, el Dr. Gutiérrez hace una descripción
sobre: "La enseñanza de la historia en los seminarios y casas de estudios
superiores de la Nueva España en el siglo XVIII".
En su nota introductoria señala que: “El interés por conocer la historia de las
mentalidades en el siglo XVIII ha crecido cada
investigadores estudien aspectos y fenómenos que nos muestran las diversas
facetas del fenómeno. Nos complace que temas y explicaciones insospechadas
nos lleven a un replanteamiento, no ya como simple recuento, sino como
102 Ibdem. Pp. 31-36.
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