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presencia del pensamiento acalitense contemporneo xi - UNAM

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lector ¿para qué ocuparnos de una monografía sobre lo social, si sabemos que la<br />

misión esencial de la Iglesia es sobrenatural? Si lo humano no tuviera<br />

consecuencias en lo divino, valdría esta observación. Pero como la recta solución<br />

de los problemas humanos depende de los sobrenaturales, debe actuar<br />

directamente en la sociedad en que vive y alentar constantemente las empresas<br />

<strong>del</strong> bien común, y estando el campo de los problemas sociales y económicos tan<br />

relacionado con la salvación, para bien o para mal, la Iglesia ha tenido la<br />

necesidad de actuar y difundir muy claramente su doctrina social, para orientar las<br />

actividades sociales y económicas <strong>del</strong> hombre; sobre todo si consideramos que la<br />

Iglesia de Aguascalientes no es una excepción. Otro asunto que considero<br />

imprescindible tocar desde ahora, es lo que entendemos por acción o cuestión<br />

social, puesto que este trabajo va a informar de los logros y preocupaciones<br />

sociales de la Iglesia diocesana. Aunque el texto explica en diversos lugares el<br />

sentido en que se toma la cuestión social, a<strong>del</strong>antamos que en el estudio se toma<br />

cuanto compete a lo social, partiendo desde la perspectiva de la integridad de la<br />

misión docente de la Iglesia: lo religioso, la acción caritativa, la educativa y<br />

específicamente la social, a la luz de la experiencia acumulada por ésta a través<br />

de los siglos. Su perspectiva específica es la teología moral aplicada a los<br />

problemas sociales; esto es lo que hace que la opinión pública informada no<br />

considere a la doctrina social de la Iglesia como una posición ideológica<br />

cualquiera. Es saludable poder distinguir hoy, que ni es una ideología o teoría, ni<br />

el diseño de un sistema social o económico concreto, o un ejercicio de poder<br />

acumulado, ni la legitimación de intereses creados, ni una utopía idealizada o una<br />

agenda moral abstracta para las colectividades humanas, sino una enseñanza<br />

evangélica. La encíclica Sollicitudo rei socialis expresa: No es una ideología, sino<br />

la cuidadosa formulación <strong>del</strong> resultado de una atenta refle<strong>xi</strong>ón sobre las complejas<br />

realidades de la vida <strong>del</strong> hombre en la sociedad y en el contexto internacional, a la<br />

luz de la fe y de la tradición eclesial. Es importante hacer notar, que la doctrina<br />

social de la Iglesia contiene una categoría propia. Expresa una refle<strong>xi</strong>ón sobre la<br />

realidad social que, iluminándola con la luz <strong>del</strong> Evangelio, ofrece pautas para<br />

desarrollar una conducta social práctica, puesto que se inspira al mismo tiempo en<br />

la teología y en la realidad social. En sustancia, es una aplicación de la teología,<br />

sobre todo de la teología moral a las preguntas éticas que formulan las sociedades<br />

humanas. Cito de nuevo a Juan Pablo II: “lo que intenta la doctrina social la Iglesia<br />

es guiar de este modo a los hombres para que ellos mismos den su respuesta,<br />

con la ayuda también de la razón y de las ciencias humanas, a su vocación de<br />

constructores responsables de la sociedad terrena.” Congruentes con esto, sería<br />

equivocado pensar en que la doctrina social de la Iglesia es una solución<br />

intermedia entre el mar<strong>xi</strong>smo y el capitalismo. Definitivamente no promueve una<br />

ideología alterna de un sistema social original, porque éste no es su campo de<br />

acción, ni tampoco su competencia. Insistimos en que su papel es interpretar el<br />

valor moral de las actividades sociales, ofrecer orientaciones de la dignidad<br />

humana. Si en algún momento pudo tomarse como una opción ideológica frente al<br />

socialismo, comunismo o capitalismo, Juan Pablo II nos saca de la duda: “la<br />

doctrina social de la Iglesia no es una "tercera vía" entre el capitalismo liberal y el<br />

colectivismo mar<strong>xi</strong>sta, y ni siquiera una posible alternativa a otras soluciones<br />

menos contrapuestas radicalmente”.Cuando comienza a estructurarse la doctrina<br />

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