presencia del pensamiento acalitense contemporneo xi - UNAM

explicación coherente de los cómos y los porqués de la Filosofía Novohispana.
Indudablemente esto nos acerca a su encuentro.
Esta labor y explicaciones frecuentemente parciales, concretizan y aterrizan
gracias al análisis concienzudo de los documentos que han permanecido, por
siglos, en los archivos y bibliotecas. Reconocemos en este trabajo, un honorable
empeño por entender nuestro pasado y mostrar cambios y permanencias,
también, es una actividad que rompe los límites convencionales a los que estamos
acostumbrados a encontrar en nuestras lecturas. Las enseñanzas y
elucubraciones sobre la Historia de las Ideas en México que inició el doctor José
Gaos, está dando cada vez más frutos.
La Nueva España que conoció y recibió las ideas renacentistas con los primeros
misioneros, no perdió esa trayectoria. Que por muchos años haya despreocupado
al mexicano guardar esa memoria histórica, no quiere decir que reneguemos de
esa herencia humanista; simplemente no hemos sido capaces de sopesarla
suficientemente. Por eso es encomiable el esfuerzo que se hace por entenderla.
¡Qué bueno que crezca este entusiasmo en los estudiosos y no decaiga, ni se deje
de lado el estudio de las ideologías novohispanas! Quiero tocar,
a continuación, el
tema de la enseñanza de la Historia en el siglo XVIII. Para conocer cuál fue su
tendencia, nada mejor que hurgar en algunos de los textos que las instituciones
manejaban entonces. Voy a referirme a continuación a Norte crítico, del dominico
Fray Jacinto Segura, lector de Artes en el Real Convento de Predicadores de
Valencia, ampliamente difundido en el mencionado siglo.”
del concepto
e que la historia es "la praxis más exacta de la verdadera crisis, la
103
Luego hace una recapitulación del concepto filosofía de la historia de manera
similar a la del escrito previo, sobre San Agustín, añade que: “…el pensamiento
occidental sobre la historia y enseñanza de la Filosofía de la Historia estuvo
moldeado hasta el siglo XVIII, o bien por la concepción clásica del mundo, o bien
por la fe cristiana en el reino de Dios. La interpretación que entonces se daba a la
Historia era cristiana y teológica por derivación, puesto que se arrancaba del
substrato bíblico, que transforma la fe original en la salvación, apoyada en un
patrón teológico, mediante el cual se supone que la historia se redime así misma y
redime al hombre. Para el pensamiento de entonces la Filosofía de la Historia
dependía enteramente de la teología de la Historia, en particular
teológico de ésta como una historia de perfección y de salvación, que tiene origen
en la fe cristiana y judía y no en un substrato anticristiano como ahora, cuyo eje
está constituido por la laica noción del progreso. Entonces era el substrato
teológico lo que le daba vida, no la creencia en un progreso siempre creciente,
mediante el cual se supone que la historia se redime a sí misma.” 104
Regresando al autor de la publicación referida y recuperando otras opiniones en
las que se precisa su concepción de la historia, se señala: “El autor de Norte
crítico dic
enseñanza más eficaz para los aficionados a la Historia". Agrega: "tiene por
objetivo influir con doctrinas, y ejemplo, para seguir la senda de la verdad y evitar
103 Gutiérrez Gutiérrez, José Antonio."La enseñanza de la historia en los seminarios y casas de estudios
superiores de la Nueva España en el siglo XVIII", en Paráfrasis, núm. 6, Universidad Autónoma de
Aguascalientes, 1997.
104 Ibdem.
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