presencia del pensamiento acalitense contemporneo xi - UNAM

El gobierno de Olivares Santana contó con un proyecto fundamentado en ese
nuevo pacto social, pues significaba al desembolso de fondos públicos para
impulsar un proyecto de desarrollo basado en la modernización, la agricultura y de
la industria locales tradicionales. La misma feria de San Marcos que hasta
entonces apenas salía de lo regional, se convirtió en un acontecimiento nacional,
al agregar a sus exhibiciones comerciales la presentación de los logros en la
agricultura, la ganadería, la exhibición de la producción industrial y artesanal, y la
expansión de las manifestaciones culturales y artísticas. En este contexto, el
comercio representó un ingrediente significativo, debido a la ubicación de
Aguascalientes y su acceso a la red de carreteras y el ferrocarril dentro de una
región geográfica muy extensa. Las especialidades en las áreas asociadas a las
comunicaciones y los transportes se integraron a la vocación comercial de la
ciudad, de tal manera que ésta ofreció una amplia gama de oportunidades en las
ventas de menudeo y mayoreo para una región más amplia que el propio estado.
En este rubro, los servicios representaron un papel muy importante.
La base actual de desarrollo industrial de Aguascalientes despegó en la década de
1970, gracias a la estructura legada por el impulso del Estado sobre los elementos
descritos. El fuerte impulso brindado a la industria Dedicada a la sustitución de
importaciones, cedió su lugar a políticas económicas más preocupadas con la
ampliación de oportunidades de empleo, inversión de capital externo y la
modernización de la planta industrial, sin poner en el centro de su atención el
mercado de consumo local o regional Este movimiento que surgió en la década de
los ochenta, está firmemente enraizado en los esfuerzos previos de
industrialización en el estado.
Cabe aclarar que este proceso se fundamentó en los sectores tradicionales; es
decir, la agricultura, la transformación de productos agrícolas en las industrias
locales de alimentos y bebidas, los textiles, la confección de prendas de vestir y la
industria metal-mecánica; todo ello afianzado por una actividad empresarial activa
y firme. Como ya no era claro que las actividades agrícolas pudieran sostener la
economía estatal, entonces se apostó a la búsqueda de capital extralocal que
permitiera ampliar las fuentes de empleo y dinamizar la actividad económica. La
promoción efectiva del crecimiento provocó cambios en la organización de la
economía, en la estructura urbana y en la organización social y del trabajo.
La industrialización de Aguascalientes en la década de los ochenta formó parte de
un programa de ajuste nacional, a raíz de que el país entró en la profunda crisis
que trajo como consecuencia un proceso de reestructuración y ajuste, que fue
encauzado hacia un modelo de desarrollo basado en la producción manufacturera,
con gran participación del capital extranjero y la apertura de mercados, con la
consecuente eliminación del proteccionismo. Como hemos visto, Aguascalientes
reunía algunas características que la hicieron viable, como un clima de paz social,
su ubicación geográfica privilegiada y las ventajas que representaba el área para
la agroindustria, la industria electromecánica y servicios.
Esta realidad encontró su anclamiento en dos esfuerzos concurrentes: las políticas
federales de promoción industrial y los esfuerzos locales para arraigar en el estado
lo que ofrecían dichos programas. Por ejemplo, los esfuerzos en la década
anterior para dirigir la inversión federal hacia proyectos de infraestructura y
desarrollo dentro del estado, rindieron frutos modestos en la década posterior,
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