presencia del pensamiento acalitense contemporneo xi - UNAM
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La operación trascendental y milagrosa que de San Agustín a Bossuet caracteriza<br />
la Providencia, Vico la reduce a un marco de referencia, contenido y sustancia;<br />
orden permanente y universal <strong>del</strong> mismo acontecer histórico. Vislumbra que el<br />
hombre crea el mundo histórico por su actividad; y su recurso no es una repetición<br />
cósmica, sino una estructura histórica con la connotación jurídica de apelación. En<br />
resumen, en Vico hay un rico esquema sociológico de la historia universal. No<br />
reemplazó, como Voltaire, Providencia por progreso, no introdujo como Bossuet la<br />
ortodo<strong>xi</strong>a en la Historia.<br />
Es cierto, que no deja de lado la revelación para entenderla; pero no la tergiversa<br />
como Voltaire con un punto de vista escatológico. Su idea esencial no es el<br />
progreso hacia una perfección, ni el ciclo cósmico de crecimiento y decandencia<br />
naturales, sino un progreso histórico cíclico. No se despoja de la teologia,<br />
ciertamente; pero los medios<br />
de la Providencia y la salvación son en sí mismos<br />
histórico-naturales. Desde esta perspectiva, desaparece en Vico la teología<br />
agustiniana de la Historia; ninguna Filosofia de la Historia en el sentido de Voltaire,<br />
para quien la distinción de la historia en sagrada y profana sirvió para el<br />
envilecimiento de lo primero. Con justa razón se ha calificado a su Historia de "una<br />
teología civil" racional.<br />
En sentido estricto, su <strong>pensamiento</strong> lo debemos ubicar en la línea fronteriza de la<br />
decisiva transición de la teología a la Filosofía de la Historia. Más correctamente<br />
seria decir, que su <strong>pensamiento</strong> es un arma revolucionaria inminente a fines <strong>del</strong><br />
siglo XVIII. Rompe con la idea de Bossuet y, por supuesto, con la de San Agustín,<br />
que sostienen que la historia se mantiene y prueba con la tesis de que todo el<br />
curso de la historia humana está gu¡ado por la Providencia, tesis negada por los<br />
librepensadores <strong>del</strong> tiempo de éste último.<br />
La versión tan extendida que sostiene, que el <strong>pensamiento</strong> histórico comienza<br />
hasta los tiempos modernos, concretamente en el siglo XVIII, es una verdad a<br />
medias, porque, en realidad, la Filosofía de la Historia se origina en el cristianismo<br />
primitivo; lo que la secularización hizo fue terminar con su entramado escatológico,<br />
como hemos manifestado. Efectivamente, la estructuración secular de ésta no<br />
debe desligarse de la idea cristiana. Su apreciación es necesariamente regresiva,<br />
porque ésta se mueve hacia a<strong>del</strong>ante, por que ésta comienza en sí mismo. La<br />
historia tiene que ser creada y descubierta una y otra vez por el hombre. Es por lo,<br />
que no debemos desligarla <strong>del</strong> cristianismo, y de San Agustín su má<strong>xi</strong>mo<br />
exponente, <strong>del</strong> significado crístiano que la basa en el hecho ascendente y<br />
paradójico de que la cruz, el signo de ignominia más profúndo, que pudo<br />
conquistar el mundo pagano, oponiéndose a él.<br />
Desde el siglo XVIII, se ha elaborado una Historia secularizando los principios<br />
teológicos y los aplica a un número siempre creciente de hechos empíricos.<br />
Parece como si las dos grandes concepciones, de la antiguedad y cristianismo,<br />
movimiento cíclico y dirección escatológica, hubieran agotado las consideraciones<br />
básicas para el entendimiento de la Historia.<br />
Los autores modernos encuentran que el Ensayo sobre las costumbres<br />
modernas y el espíritu de las naciones <strong>del</strong> francés, es la primera Filosofía de la<br />
Historia. Dicen que es así, porque encuentran que el principio relevante de la obra<br />
no lo constituye ya la bondad y la providencia divinas, sino la voluntad y la razón<br />
humanas. Pero pensamos que lo que hace Voltaire es oficializar la secularización<br />
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