presencia del pensamiento acalitense contemporneo xi - UNAM

Su vida social se deslizaba tranquila. La autoridad la detentaban los ricos, sobre
todo el cura que valía más que la del jefe político. Se podía transitar tranquilamente
y sin temor a toda hora por los caminos, el último colgado que había aparecido
en un mezquite, fue por robar unas gallinas por hambre. El respeto a la propiedad
era absoluto, impuesto por la dura mano de los componentes de la acordada, que
era mandada por un ranchero valiente y con prestigio, con la obligación de velar
por los intereses de los ricos, que eran los menos. La inmensa mayoría de
ocampenses eran labriegos y medieros; los pocos empleados públicos detentaban
su puesto vitaliciamente por ser miembros de la misma familia desde que se creó
el Municipio. Igual sucedía con los empleados de la parroquia, notario, campanero,
sacristán, que vivían, si no contentos, resignados
con su pobreza y sus bajísimos
sueldos.
La Revolución de 1910 tuvo poca presencia para los ocampenses; la vieron desde
lejos, porque los escenarios donde se desarrolló estuvieron fuera de su entorno.
Sólo unos pocos se unieron a Praxedis Guerrero, Navarro y Osorio que la
secundaron en el Estado, los que tomaron parte en los desmanes ocurridos en
San Felipe, Jaral de Berrio y León al inicio de ésta. Sin embargo, su población fue
molestada por algunos grupos armados,
principalmente convencionistas en 1915-
1916, en que del ejército de 15,000 hombres de Eulalio Gutiérrez, se desvalagaron
por haciendas y ranchos Ocampenses. Más presencia tuvo la guerra cristera, que
fue secundada por los Ocampenses Macedonio Claudio, Ascención Hernández,
Jesús Luna, Refugio Gallegos y Luciano N. Pero una vez firmados los arreglos, la
paz volvió a la municipalidad; en este contexto, los ocampenses pasaron menos
sufrimientos que en otros lugares. Sí los inquietó la invasión de tierras por
agraristas, que consiguieron se les repartieran más de 16,000 hectáreas durante
la década de 1950.
Pasarían muchos años para que Ocampo saliera de la marginalidad y fuera
comunicada por carreteras y contara con obras de beneficio social, como agua, luz
eléctrica, drenaje y teléfono. Fue en la década de los 70 que la modernización
comenzó a ser realidad, pues sería electrificada totalmente la población y contaría
con centro hospitalario y de Bienestar Social, educación secundaria y albergue
escolar para niños de escasos recursos de la cabecera y comunidades rurales. En
la actualidad cuenta con infraestructura para atender la salud, la educación y el
deporte; la vivienda la tiene básicamente cubierta, así como el servicio de agua y
drenaje.
Su dinámica económica es respetable, pese a considerarse municipio pobre. La
población masculina económicamente activa en 1995 era de 5,702 gentes y de
ésta el 94.60% declaró estar trabajando o pronta a tener
trabajo....Comprenderemos cuando hablemos de la emigración, que su economía
es muy dependiente de los dólares que mandan los braceros a sus familias.”
sido el desarrollo de las migraciones en Ocampo? ¿Cuales
127
Otro de los aspectos que se abordan en el escrito es el referente a la migración de
los nativos a otras localidades, particularmente hacia Estados Unidos. El Doctor
Gutiérrez aborda ese aspecto de la siguiente manera: “El fenómeno migratorio en
Ocampo.- ¿Cómo ha
son las causas que las motivaron y cómo se han vuelto una tradición para los
127 Ibdem.
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