presencia del pensamiento acalitense contemporneo xi - UNAM

Durante el decenio de los años treinta, dominaba el ejido, al que caracterizaban
los propietarios privados como una forma de robo, que convirtió a los ejidatarios
en importante grupo de presión frente a la estructura agrícola tradicional,
Aguascalientes entró en un periodo complicado y difícil en el que imperaron
conflictos políticos y trascendentes cambios sociales, lo que le obligó a desarrollar
un proceso de reestructuración económica y de infraestructura; además, como el
sistema ferroviario se vio seriamente afectado por la depresión económica de
Estados Unidos, los talleres locales de reparación y mantenimiento enfrentaron
una situación financiera difícil.
Pese a la situación anterior, las actividades comerciales florecieron debido a dos
razones: a que la paz y la reestructuración económica presentaron condiciones
que permitieron la recuperación de las empresas, y a que muchos de los
migrantes que se establecieron en Aguascalientes, invirtieron el capital con que
llegaron para iniciar una nueva actividad económica. Como resultado, la ocupación
manufacturera aumentó en un 98% entre 1930 y 1940.
En resumen, los cimientos del Aguascalientes moderno se construyeron durante
esta época, siendo entonces que la infraestructura de la región se comenzó a
fortalecer. El impulso mas importante vino de las políticas federales en pro de la
agricultura y la ganadería, así como la inversión pública en la construcción de
presas y sistemas de riego. Un sistema de carreteras, que corrió casi paralelo a
las líneas ferroviarias, se inició también durante este periodo; los vehículos
motorizados eran ya un elemento familiar dentro de la ciudad e influyeron sobre su
diseño y desarrollo.
La imagen básica de Aguascalientes en 1940 constituye un fondo de contraste
esencial para entender su transformación durante el periodo de industrialización
de México, en el que se sustituyeron las importaciones. También su estructura
social cambió profundamente con el desarrollo industrial, de comercio y de nuevas
actividades manufactureras relacionadas entre sí, porque es cuando se acentúa el
estilo de vida urbano.
Este periodo de industrialización, que se extiende hasta 1970, y en el que la
Revolución se institucionaliza, será de constante redefinición para el estado y la
ciudad. Hasta 1960 lograría pocos beneficios de la inversión federal por
considerarse la entidad como área no prioritaria para el desarrollo industrial y de
servicios, tal vez por su tamaño y por un dinamismo económico menor, que se
limitaba a su esfera de influencia regional.
La población de Aguascalientes continuó creciendo aceleradamente a partir de
1950, al mismo tiempo que se concentraba cada vez más en la capital, pues de
1940 a 1970 se multiplicó por más de dos, aun cuando las tasas de crecimiento no
fueron uniformes durante el periodo. En 1970 la mitad de la población vivía en la
capital del Estado, debido a la concentración de actividades en ésta, trayendo
como consecuencia la despoblación de las zonas rurales. El diseño urbano, junto
con otros atributos de la ciudad, marcharon al ritmo marcado por las necesidades
sociales.
La expansión citadina fue notable después de que se amplió el sistema de agua
potable y de que el fuerte impulso a las actividades económicas de principios de
los sesenta comenzó a rendir frutos. Gran impacto causó la apertura del eje nortesur
al construirse el boulevar José María Chávez, la avenida Héroe de Nacozari y
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