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LAS VARIEDADES DE LA EXPERIENCIA RELIGIOSA

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Una tercera peculiaridad del estado de certeza es el cambio de objetivo que parece sufrir<br />

frecuentemente el mundo. «Una apariencia de novedad embellece todos los objetos»; exactamente al<br />

contrario que otros tipos de novedad, como la irrealidad espantosa y la alienación en la apariencia del<br />

mundo que experimentan los pacientes melancólicos de la que, recordaréis, di algunos ejemplos. 16 Esta<br />

sensación de hermosa realidad interna y externa es una de las constantes que encontramos en los relatos<br />

de conversión. Jonathan Edwards la describe así:<br />

«Más tarde, mi sentido de las cosas divinas aumentó gradualmente y se hizo más y más vivo,<br />

poseyendo mayor suavidad interior. Se altera la apariencia de todas las cosas, parecían, por así decir,<br />

una proyección tranquila, dulce, una apariencia de gloria divina en casi todas las cosas. Parecía que la<br />

excelencia de Dios, su sabiduría, su pureza y su amor se manifestasen en todas las cosas, en el sol, en la<br />

luna, en las estrellas, en las nubes y en el cielo azul, en la hierba, en las flores y los árboles, en el agua<br />

y en toda la naturaleza, lo que favorecía sensiblemente mi atención. Apenas nada (de entre todas las<br />

obras de la naturaleza) era tan suave como los relámpagos y truenos cuando antes nada me había<br />

parecido tan terrible. Antes me asustaba irremediablemente con los truenos y el terror me atacaba cada<br />

vez que se acercaba una tempestad, pero ahora, al contrario, me alegran.» 17<br />

Billy Bray, notable evangelista inglés, analfabeto, explica su sensación de novedad así:<br />

«Dije al Señor: "Has dicho: aquellos que piden recibirán, los que buscan encontrarán, y los que<br />

llaman a la puerta se les abrirá; yo tengo fe y lo creo." Al momento el Señor me hizo tan feliz que no<br />

puedo expresar lo que sentía. Gritaba de alegría y alabé al Señor de todo corazón... Me parece que era<br />

noviembre de 1823, pero no sé el día del mes, recuerdo que todo parecía nuevo, la gente, los campos,<br />

los animales, los árboles. Me sentía un hombre nuevo en un mundo nuevo. Pasé casi todo el tiempo<br />

alabando al Señor.» 18<br />

Starbuck y Leuba ilustran esta sensación de novedad con ejemplos. Tomo los dos que siguen de<br />

la colección de manuscritos de Starbuck. Una señora dice:<br />

«Me llevaban a una reunión en el campo, en tanto mi madre y amigos creyentes rogaban por mi<br />

conversión. Mi naturaleza emocional se conmovió hasta lo más profundo; las confesiones de depravación<br />

y el hecho de suplicar a Dios que me salvase me hicieron olvidar lo que me rodeaba; pedí<br />

clemencia y me di cuenta vivamente que me había sido concedido el perdón y la renovación de mi<br />

naturaleza. Al levantarme exclamé: "Ya no existen los viejos hábitos, han desaparecido; todos se han<br />

vuelto nuevos." Era como entrar en un mundo nuevo, otro estado de existencia donde los objetos<br />

naturales aparecían glorificados; mi visión espiritual mostraba tal claridad que percibía la belleza en<br />

cada objeto material del universo, los bosques parecían dotados de vida, con música celestial, mi alma<br />

exultaba en el amor de Dios y deseaba que todos compartieran mi alegría.»<br />

El siguiente caso es de un hombre:<br />

«No sé cómo volví al campamento, pero me encontré tambaleándome hacia la tienda de<br />

consagración, completamente llena de menesterosos: unos quejándose, otros riendo y otros gritando;<br />

cerca de un roble intenté rezar, pero cada vez que llamaba a Dios algo que me parecía una mano<br />

humana me ahogaba. No sé si había alguien cerca de mí o no; pensaba que si no pedía ayuda moriría,<br />

16 Cf. conferencias VI y VII.<br />

17 DWIGHT, Life of Edwards, Nueva York, 1830, p. 61, versión resumida.<br />

18 W. F. BOURNE, The King's Son, a Mernoir of Bill y Bray, Londres, Hamilton, Adams & Co., 1887, p. 9.<br />

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