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LAS VARIEDADES DE LA EXPERIENCIA RELIGIOSA

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destino, son indicios de los propósitos divinos respecto a ellos. Por medio de la plegaria, el propósito,<br />

con frecuencia más que obvio, les penetra, y si se trata de una «prueba», les es dada la fuerza para<br />

superarla. En consecuencia, en todos los estados de la vida de oración encontramos la persuasión de<br />

que en los procesos comunicativos la energía fluye desde lo alto para satisfacer la demanda, y llega a<br />

ser operativa en el mundo de los fenómenos. En la medida que esta operatividad se admita como real,<br />

no constituye diferencia esencial el que alguno de sus efectos inmediatos sean objetivos o subjetivos. El<br />

punto religioso fundamental es que en la plegaria la energía espiritual, en otros momentos dormida, se<br />

vuelve activa y realmente se efectúa una obra espiritual de algún género.<br />

Aquí dejo el tema de la plegaria tomada en el sentido amplio de cualquier tipo de comunión. En<br />

la próxima conferencia volveremos a ella al considerarla centro de la religión.<br />

El último aspecto de la vida religiosa que me falta abordar es el hecho de que sus<br />

manifestaciones se relacionan con frecuencia con la parte subconsciente de nuestra existencia.<br />

Recordaréis lo que dije en la conferencia inicial 23 sobre la preponderancia del temperamento<br />

psicopático en la biografía religiosa. De hecho, difícilmente encontraréis un cabecilla religioso de<br />

cualquier clase en cuya vida no se dé el automatismo. No sólo hablo de los sacerdotes primitivos y de<br />

los profetas, cuyos seguidores ven el discurso y la acción automáticos como equivalentes a la<br />

inspiración; hablo de notables pensadores y de individuos de experiencia intelectualizada. San Pablo<br />

tuvo visiones, éxtasis, don de lenguas, aunque les concediese muy poca importancia. Toda la magnífica<br />

colección de santos y heresiarcas cristianos, incluidos los más grandes, los Bernardos, los Loyolas, los<br />

Luteros, los Foxes, los Wesley, experimentaron voces, visiones, éxtasis, la impresión de ser conducidos<br />

y «premoniciones». Experimentaron tales cosas porque poseían una sensibilidad exaltada, y las<br />

personas de sensibilidad exaltada manifiestan cierta tendencia al respecto. En esta tendencia se<br />

perciben, de todos modos, algunas consecuencias para la teología. Las creencias se refuerzan cuando<br />

los automatismos las corroboran. Las incursiones del más allá de la región transmarginal tienen un<br />

poder peculiar de aumentar la convicción. El sentimiento inicial de la presencia es mucho más fuerte<br />

que el concepto, pero aun siendo fuerte, pocas veces es igual a la evidencia de la alucinación. Los<br />

santos que realmente ven o sienten a su Salvador alcanzan el punto álgido de la certeza; los automatismos<br />

motrices, aunque raros, son, si es posible, todavía más convincentes que las sensaciones. Los<br />

individuos realmente se sienten manejados por poderes más allá de su voluntad. La evidencia es<br />

dinámica, el Dios o el Espíritu mueve los órganos de su cuerpo. 24<br />

El campo para esta sensación de ser el instrumento de un poder superior es, por supuesto, la<br />

«inspiración». Es fácil distinguir entre los cabecillas religiosos que han sido habitualmente sujetos de la<br />

inspiración y los que no lo han sido. En las enseñanzas de Buda, de Jesús, de san Pablo (al margen de<br />

su don de lenguas) san Agustín, Huss, Lutero, Wesley, la composición automática e semiautomática<br />

parece haber sido ocasional. Por el contrario, u los profetas hebreos, en Mahoma, en algunos de los<br />

alejandrinos, en muchos santos católicos menores, en Fox, en Joseph Smith, algo parecido ha sido<br />

frecuente, y en algunos casos, habitual. Tenemos distintas confesiones de hallarse bajo la dirección de<br />

23 Véase conferencia I, final.<br />

24 Un amigo mío, psicólogo de primera categoría, con experiencia de automalismo gráfico, me dice que la apariencia de<br />

actividad independiente en el movimiento de su brazo, cuando escribe automáticamente, es tan clara que le obliga a<br />

abandonar una teoría psicológica en la que había creído. Se trata de la teoría que alma que no sentimos la descarga eferente<br />

de nuestros centros motrices voluntarias. Picota que normalmente hemos de experimentar esta sensación, o la sensación de<br />

su ausencia no seria tan sorprendente como lo es en estas experiencias. Según lo que sé, un tipo de automatismo gráfico<br />

plenamente desarrollado es nzo en la historia religiosa. Las afirmaciones, como la de Antonia Bourigon: «no hago nada<br />

aparte de dejar mi mano y mi espíritu a otro poder», indican por tu Contexto inspiración más que escritura automática<br />

directa. Esto sucede en algunas sectas excéntricas. El ejemplo más sorprendente es quizás el grueso volumen titulado<br />

Oahspe, a nesv Bible in the Words of Jehovah and his angels ambassadors, Boston y Londres, 1891, escrito e ilustrado<br />

automáticamente por el doctor NEWBROTH de Nueva York, que creo está, o ha estado últimamente, a la cabeza de la<br />

comunidad espiritista de Shalam en Nuevo México. El ultimo libro escrito automáticamente que conozco es Zertoulem's<br />

Wisdom of the Ages, de George A. FULLER, Boston, 1901.<br />

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