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LAS VARIEDADES DE LA EXPERIENCIA RELIGIOSA

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malos hábitos inveterados contra los que el paciente, abandonado a influencias físicas y morales<br />

ordinarias, había luchado en vano. Tanto la embriaguez como el vicio sexual fueron curados de esta<br />

forma, ya que la acción a través del elemento subliminal parece, en muchos individuos, poseer la<br />

prerrogativa de inducir a un cambio relativamente estable. Si la gracia de Dios opera milagrosamente, a<br />

buen seguro lo hace por la puerta de lo subliminal. Pero todavía no se ha explicado cómo cualquier<br />

cosa actúa en este ámbito, y haremos bien en despedirnos del proceso de transformación - si queréis, lo<br />

dejaremos en un gran misterio psicológico o teológico para pasar a los frutos de la condición religiosa,<br />

sin importarnos la forma en que éstos han sido producidos. 9<br />

El nombre común para los frutos maduros de la religión en el carácter es el de santidad; 10 el<br />

carácter santo es aquel para el cual las emociones espirituales son el centro habitual de la energía<br />

personal, y existe una panorámica compuesta por la santidad universal, la misma para todas las<br />

religiones, de la cual podemos trazar fácilmente las características. 11<br />

Son éstas, a saber:<br />

1. La sensación de vivir una vida más abierta que la de los pequeños intereses egoístas de este<br />

mundo, y la convicción, no sólo intelectual sino sensible, de la existencia de un Poder Ideal. En la<br />

santidad cristiana este poder está siempre personificado en Dios, pero los ideales morales abstractos, las<br />

9 El profesor Stsrbuck expresa la radical destrucción de las viejas influencias con categorías psicológicas y habla de una<br />

especie de corte en la conexión entre el centro cerebral superior y el inferior. «Esta condición – dice - en la que los crotros<br />

de asociación conectados con la vida espiritual se desconectan de los inferiores, frecuentemente se refleja en la forma en la<br />

que los comunicantes describen sus experiencias [.. .]. Por ejemplo: "Las tentaciones externas todavía me asaltaban pero no<br />

existía cosa alguna dentro para responderlas." El yo aquí se encuentra identificado completamente con los centros<br />

superiores, cuyo sentimiento descriptivo consiste en la interioridad. Otro dice: "Desde entonces, a pesar de que Satanás me<br />

tienta, existe como una especie de muro de alambre a mi alrededor de forma que sus dardos no pueden alcanzarme."<br />

Incuestionablemente, las exclusiones funcionales como éstas deben ocurrir en el cerebro, pero en el lugar accesible a la<br />

introspección, su condición causal consiste sólo en el grado de excitación espiritual que, como mínimo, llega a ser tan fuerte<br />

y elevado como para ser soberano, y ha de confesarse con franqueza que no sabemos por qué o cómo esta soberanía se da en<br />

una persona y no en otra. Sólo podemos ayudar a nuestra inhabilitación un tanto engañosamente mediante analogías<br />

mecánicas.<br />

Si, por ejemplo, concibiésemos que la mente humana, con sus diferentes posibilidades de equilibrio, puede ser<br />

como un sólido con muchas caras y diferentes superficies en las que es posible apoyarse, podríamos comparar las<br />

revoluciones mentales a las revoluciones espaciales de aquel cuerpo. Si lo alzásemos con una llamada dejaría su posición<br />

sobre la superficie A, por ejemplo, quedaría durante un tiempo inestable y a medio camino, y si la palanca dejara de<br />

impulsarlo volvería a caer o «re-caería" bajo el impulso continuado de la gravedad. Pero sí finalmente niega bastante lejos<br />

porque su centro de gravedad se encuentra más allá de la superficie A, el cuerpo caería. digamos, sobre la superficie Itt,<br />

quedándose allí de turma permanente. Las fuerzas de gravedad hacía A han desaparecido y podemos olvidarnos de ellas, el<br />

poliedro se hace inmune a alguna atracción desde estas fuerzas.<br />

En esta imagen la palanca puede corresponder a las influencias emocionales que tienden hacia una nueva vida, y la<br />

fuerza inicial de la gravedad a las viejas inhibiciones y atracciones.<br />

Mientras la influencia emocional no alcance un tono de eficacia determinante, los cambios que produce son inestables y el<br />

hombre vuelve a caer en su actividad original. Pero cuando la emoción nueva consigue una cierta intensidad se atraviesa un<br />

punto Crítico consiguiéndose una revolución irreversible, equivalente a la producción de un nuevo estado natural.<br />

10 Utilizo este término a pesar de que a menudo conlleva un cierto sabor de «besteria» porque no existe ninguna Otra<br />

palabra que sugiera tan bien la combinación exacta de afectos que el texto describe.<br />

11 El doctor W. R. ONCE, en sus conferencias sobre Misticismo Cristiono, Londres, 1899, p. 326, dice: «Vemos que los<br />

hombres de preeminente santidad están fielmente de acuerdo con lo que dicen. Nos dicen que han llegado a una convicción<br />

inconmovible no basada en la inferencia sino en la experiencia inmediata. Dios es un espíritu con el que el espíritu humano<br />

puede tener relación; podemos ver en todas sus huellas la naturaleza, y sentir su presencia como la verdadera vida de su<br />

propia vida, de manera que lo encuentran en la misma proporción que se encuentren a al mismos. Nos dicen lo que los<br />

separa de él y de la felicidad. que es, en primer lugar. la búsqueda de uno mismo en todas sus formas, y en segundo lugar, la<br />

sensualidad en todas sus representaciones; caminos de oscuridad y muerte nos esconden del rostro divino, mientras que el<br />

camino del justo es como una luz brillante más y más hacía el día perfecto.»<br />

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